Una Patagonia sin Patagonia Inc. (Por Claudio Andrade)

10 de junio de 2025

Cuesta mucho imaginar a un empresario chileno o argentino financiando campañas publicitarias y documentales contra la industria del petróleo y el gas o la producción de hamburguesas en los Estados Unidos. Especialmente en estos tiempos en que Donald Trump espera recuperar el esplendor de su país.

Irónicamente es justo lo que está ocurriendo, pero a la inversa, con el empresario textil, Ivon Chouinard, dueño de la compañía Patagonia Inc. Las acciones y el discurso de Chouinard lo ubican como un enemigo de la actividad salmonicultora en todo el sur de Sudamérica. El mismo ha declarado una guerra a la industria, según se lo escucha decir en videos en los que presenta producciones cinematográficas que apuntan al sector. Su propósito: erradicar las operaciones existentes e impedir que nuevas se radiquen.

No se trata de la opinión de un habitante más del planeta Tierra, en verdad, Chouinard, ni siquiera es vecino de la Patagonia. El millonario norteamericano posee una empresa valuada en USD 3000 millones y es un activista que rechaza las actividades que generen desarrollo en el extremo sur del continente. Tampoco es el único, en esta avanzada lo acompaña Kristine Tompkins, viuda de Douglas Tompkins, otro multimillonario que también se oponía a cualquier gesta de crecimiento en la Patagonia. Tompkins a su vez fue el creador de North Face.

Chouinard, por su parte, siendo capitalista por acción –situación innegable en este punto– asegura deplorar el capitalismo.

Desde hace más de una década basa el marketing de su empresa/marca en esta suerte de contra marketing delirante aunque efectivo. En 2011, por ejemplo, lanzó la campaña “No compre esta chaqueta” (campera). La compañía continuó siendo un éxito de ventas.

La marca Patagonia se comercializa en todo el mundo, pero tiene atractivos locales o distribución en Puerto Natales (a 60 kilómetros del Parque Nacional Torres del Paine), Punta Arenas, Puerto Varas y recientemente en Bariloche en la antigua casa de Emilio Frey, topógrafo del Perito Moreno, primer intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi y cofundador y primer presidente del Club Andino Bariloche.

Patagonia a su manera se ha ido apropiando del concepto “Patagonia” geografía e imaginario, como una fuerza centrífuga que es capaz de reflejar, bajo sus estrictos términos comerciales y estéticos, qué es “Patagonia” realmente y qué “No es Patagonia”. Quienes han pretendido usar la palabra Patagonia en diversas actividades comerciales saben bastante de esto. Patagonia Inc. no duda en iniciar acciones legales a quienes se atreven.

La visión de Chouinard no incluye a los tradicionales trabajadores del sur que se ganan la vida en el mar, a los operarios del petróleo, el gas, a los constructores, y menos que menos a los acuicultores que desarrollan su rubro en Chile desde principios de los 80, de manera muy artesanal, hasta convertirse en la industria líder de la actualidad. Tampoco la de Tompkins lo hacía.

Utilizando su enorme estructura Chouinard continúa impulsando la expulsión de la salmonicultura de la Patagonia bajo el lema “Patagonia sin salmoneras” más allá de las devastadoras consecuencias que esto tendría.

No obstante la frase también podría leerse como “Patagonia Inc. Sin salmoneras”, porque para Chouinard es un tema personal. Se olvida o no le importa que se trata de la segunda industria de Chile después del cobre, con exportaciones por USD 6500 millones, y que ofrece empleo a más de 70 mil personas en el país.

Sin embargo, en el gremio se imaginan más bien una “Patagonia sin Patagonia Inc.”.

La salmonicultura aparece en su radar como un competidor directo de su marca de ropa y de lo que esta irradia en sus diseños de comercialización. Chouinard no está dispuesto a tomar riesgos, por eso sigue adelante con su feroz campaña que entre los trabajadores de la industria se percive injusta.

En 2019, por ejemplo, presentó en Estados Unidos el documental “Artifishal” en donde arremete nuevamente con su obsesión.

“Es una película sobre personas, ríos y la lucha por el futuro de los peces salvajes y el medio ambiente que los sustenta. Explora la caída de los salmones silvestres hacia la extinción, las amenazas plantadas por las pisciculturas y nuestra pérdida continua de fe en la naturaleza”, indica la presentación del documental aunque la salmonicultura no tenga relación con la extinción de los salmones salvajes ni con la depredación pesquera. Por el contrario, como es sabido, la actividad ha llegado a revitalizar la importancia del mar en las comunidades del sur.

La película, titulada Artifishal , es intencionalmente provocadora, admite Chouinard. «La gente ya no lee y toma decisiones basadas en las emociones, así que creo que el cine es la mejor manera de despertar las emociones de la gente»”, le dijo el empresario a “The Guardian”.

Y Chouinard apela a la imagen de impacto y no necesariamente a la verdad en sus anticampañas. Tampoco está interesado en los nuevos procedimientos de una industria que se ha volcado a mejorar la calidad de sus prácticas y es la más fiscalizada de Chile con el menor rango de faltas.

El magnate prefiere dar a conocer sus propias líneas sustentables y obviar las de los demás.

“No compres salmón atlántico ni trucha arcoiris, que son mayormente cultivados en corrales o cosechados de poblaciones amenazadas”, se le advierte a los lectores en otra sección de la web de Patagonia.

Más extraño todavía es que los gobiernos de Chile y la Argentina no emitan opiniones sobre este ataque permanente que perjudica la dinámica de los Estados. Patagonia Inc. festejó cuando la Legislatura de Tierra del Fuego (Arrgentina) prohibió la actividad en el Beagle lo que hoy no pocos especialistas entienden como un grave error económico para una provincia que ya alcanza los 90 mil pobres.

“La histórica votación de hoy demuestra que el pueblo argentino valora el salmón silvestre, la biodiversidad y las comunidades locales por encima de una industria imprudente que está arruinando nuestros océanos. Las comunidades costeras deberían tomar nota de lo sucedido en Argentina y seguir su ejemplo. Una vida sin naturaleza no merece la pena, y a eso nos dirigimos si no actuamos ahora”, declaró entonces en un documento que aun puede leer en la web de la firma que ya ha financiado 5 producciones en rechazo de la salmonicultura.

Escrito por: Claudio Andrade