Una industria del salmón en mis paseos de antaño [Artículo de Humberto Gómez]

10 de enero de 2022

Ya pasaron más de 15 años y este año 2022 volví a visitar el sector que recorría todos los años con la familia, el rio Hollembreg, (Puerto Natales), estos paseos fueron uno de los recuerdos imborrables de reuniones de la familia en torno a los abuelos disfrutando de algún dulce horneado por la abuela o alguna otra exquisitez, estos recuerdos persiguen como hermoso refugio a miles de magallánicos.


El camino hacia el sector fue lento, la cantidad de cisnes de cuello negro y playeros es evidente en toda la costa y vale la pena parar a observarlos, la otra razón de la lentitud es el pésimo estado de la ruta, pero los recuerdos por cada puntilla avistada fue un deleite para la memoria y alma en este incomparable Puerto Natales.
La llegada al rio Hollemberg fue distinta a la izquierda existía una construcción oscura detrás de montículos de tierra de la misma manera que el aeropuerto dispone de dichos montículos, quizá es para evitar el viento, pensé, este paisaje rompía con los recuerdos de aquel entonces.
La siguiente tarea fue recorrer el borde costero como en aquellos años en que llegábamos a las orillas para tirar piedras y hacer patitos, déjenme informales a los que no conocen el sector que las piedras más planas están en esa orilla.


Al comenzar la caminata nos encontramos con muchos plásticos de los que no conozco su procedencia, quizá son ocupados en algún proceso del que no tengo conocimiento, y no tengo por qué tenerlo, solo reflejan un grado de contaminación de una basura que no es la común dejada por visitantes inconscientes que también abundan en toda ciudad, en el camino también nos encontramos con sogas plásticas y basuras que claramente provenían del mar, a no muchos metros de la orilla una isla oscura que es una estación de la industria salmonera.
El siguiente recorrido seria rio arriba pues a una distancia corta del camino existe un pequeño humedal lleno de aves y muchos arbustos de calafate.
La primera sorpresa, en este recorrido, fue encontrarme con un cerco muy cerca de la orilla, el camino aún es ocupado por pescadores, pero la evidencia refleja que no es muy utilizado, el cerco no es el común de toda la Patagonia, este es diferente, posee las 7 hebras alambre púa, y como está prácticamente junto al antiguo sendero es mejor extremar los cuidados.
A pesar de todo se puede disfrutar del paisaje, taguas y pimpollos aparecen, todos con crías, esa es una buena señal, aunque a no mucho andar me encuentro con una caseta prácticamente metida en el agua, presumo que es de extracción de este elemento desde el rio, se encuentra junto a un paredón de cemento y en uno de los espacios una cría de tagua trata infructuosamente de traspasar esta pared, en ese minuto cambió mi percepción, el nivel de intervención de este recordado rio nunca más regresara el recuerdo de aquellos años.

Quizá este es un relato poco trascendente, pero creo refleja la preocupación que deberíamos sentir al ver transformado un paisaje en donde un simple recorrido refleja la magnitud de un impacto que colma de interrogantes el modo de operar de estas empresas y los recursos naturales que están ocupando junto a los desechos que regresan al mar, mi profesión nada tiene que ver con el rubro acuícola pero se que cualquiera de estas intervenciones seria condenada de inmediato si es realizada por algún particular, aún recuerdo cuando la negativa por parte de la DGA fue rotunda al pedir técnica y profesionalmente que se entregue algún caudal solo en épocas muy críticas desde el estero Bitch para suplir el déficit de agua del Humedal Tres Puentes, la respuesta fue que en el país no se podía realizar lo que pedíamos a pesar de que este recurso tan vital para la vida llegara después al mar, las aguas tienen dueño, (señalaron) por lo tanto cerraron la puerta en la cara a una posibilidad de un puñado de ciudadanos respaldados por una evaluación ingenieril realizada por la UMAG y apoyada por nuestros profesionales.


Creo que el impacto de esta industria es muy significativa y nadie la está evaluando pues en mi recordado recorrido estoy seguro que no existen datos de lo que significa una instalación de este tipo que hoy en día esta replicando su modo de operar a metros de la ciudad de Puerto Natales sin entregar claridad alguna al menos de donde sacarán los recursos necesarios para su operación (agua) y cuales serán los impactos de sus desechos mientras la población y autoridades actúan como si nada ocurriera.
Me quedó definitivamente claro que en este país existen diferentes clases de evaluaciones, lo que para un grupo de profesionales ambientales es un rotundo no, es carta verde para industrias con el capital suficiente para cerrar bocas, tapar oídos y ojos, en mi región y país aún nos queda mucha cancha que rallar, somos una región permisiva que debería velar de mejor forma por los recursos cada vez más escasos en el planeta y nos queda poco tiempo para concretar esta tarea.

Escrito por: Humberto Gómez, Agrupación Humedal Tres Puentes.