Seguridad Pública: ¿Cómo estamos por casa? [Columna de José Saldivia Díaz]

6 de febrero de 2022

La semana recién pasada hablé de la seguridad pública en Chile y de cómo esta pasó de ser el estandarte que en gran medida dio la victoria a Sebastián Piñera en este su segundo y convulso mandato a estar entre sus mayores déficit de gestión.

Es verdad y nadie lo podrá desmentir, que en esta materia prometió el oro y moro. Todo lo veía fácil , es cosa de recordar sus discursos, todo era posible, pues contaba con respuestas para cada una de las inquietudes ciudadanas, la migración, la Araucanía, el narcotráfico eran cosas de tiempo  y que   para la violencia en todas sus formas y de cómo esta se hacía patente en hechos delictuales contaría con las personas precisas. Lamentablemente hemos visto pasar 4 ministros del  interior, uno de ellos por solo unos meses y ningún plan que hubiese permitido determinar responsabilidades en estas materias tan sensibles para el conjunto de los ciudadanos.

Este gobierno según el mandatario estaba  llamado a devolver la paz anhelada a los chilenos y resultó ser a la luz de los hechos el bluff más bullado en nuestra historia democrática reciente. Todo o casi todo está pendiente y lo que no está pendiente está reprobado por la falta de políticas claras e indispensables  en áreas con un alto nivel de sensibilidad en la ciudadanía.

Con solo conversar con las personas en la capital regional la sensación de inseguridad de los vecinos es cada vez más creciente. Hay que tener en cuenta que hasta antes de la pandemia la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Pública mostraba unas cifras donde en todos los apartados consultados,  estas  aumentaban y eran estadísticamente significativas. Hago la salvedad  que  las cifras de esta encuesta durante la pandemia han  ido a la baja. Debemos considerar que estos dos últimos años han sido anormales en cuanto a comportamientos ciudadanos, la gente ha disminuido la circulación por el territorio , de manera voluntaria y obligadamente en distintos momentos . Además los controles  durante un largo periodo de esta pandemia contaron con la concurrencia de las FF.AA.

Pero entonces porque la sensación de inseguridad  que manifiesta la gente pareciera ir por otra dirección y no responder a lo que estadísticamente se conoce. Probablemente y sin temor a equivocarme obedece a  la falta de políticas preventivas generadas desde lo público, que entregarán  a la gente los elementos de tranquilidad en lo cotidiano , que es donde desarrolla su vida. Esto la gente lo percibe . Por ejemplo la falta de fiscalizaciones en todas las actividades que lo requieren. La falta de vigilancia policial. No se ve a los policías circulando por sus calles . Comerciantes del  centro  de la ciudad me decían que es excepcional su presencia como peatones o movilizados. Lo que no es bueno si tenemos en cuenta que en estas fechas también están circulando los turistas que nos visitan, no tantos como antaño, pero están. También las quejas apuntan a los tiempos de respuesta en hechos que requieren su presencia de manera inmediata.

Otras situaciones a considerar , desde hace ya dos años la mayoría de los semáforos del centro de la ciudad están total o parcialmente destruidos y hoy por hoy son nuestra peor postal . Esto representa  inseguridad para todos quienes circulan en su calles , sean  estos peatón o conductor , cada uno circula y transita como puede, con todos los riesgos que ello conlleva, añadir  además la falta de buena iluminación durante la noche incorpora otra consideración de riesgo . Sus calles se ven oscuras profundizando la inseguridad de las personas. Solo al margen nuestro pequeño comercio en el centro de ciudad sigue parapetado y esto hay que devolverlo a la normalidad .

Podría seguir dando cuenta de cosas que se necesitan arreglar y que ayudarían a entregar tranquilidad y seguridad a nuestra gente  en primer lugar y a quienes nos visitan que también nos interesa que esten bien en sus desplazamientos    , por ejemplo las cámaras de seguridad nunca se tiene certeza si esta funcionan , cuantas hay,  y si tras ellas alguien está vigilando preventivamente para que la intervención policial sea rapida  y oportuna . No hay ningún artilugio tecnológico  más disuasivo que las cámaras de televigilancia . De ahí su importancia en el apoyo policial y en el auxilio ciudadano .

Qué decir de la circulación de vehículos a exceso de velocidad, con escape libre, vidrios polarizados , sin patentes identificatorias . Algunos de los cuales no se sabe cómo obtienen revisiones técnicas y permisos de circulación . Pero ahí están y son dueños de parte importante de nuestra tranquilidad . La autoridad debe propender siempre al orden cualquiera sea su responsabilidad y más si de estos depende la seguridad y tranquilidad de todos. 

Escrito por: José Saldivia Díaz, columnista.