Hoy la democracia está en peligro.
La ultraderecha se fortalece cada vez más, recordemos que Trump y Bolsonaro llegaron al poder apoyados por una buena parte de los ciudadanos de ambos países y lo hicieron a punta de posverdad y fake news.
Es muy peligroso ver campañas políticas sin propuestas, son campañas publicitarias donde la polémica marca la pauta.
Vemos con preocupación que la gente se alejó de la política, porque hoy no hay líderes, porque ya no existe ética, honor, todo es un show para mantenerse arriba y ganar dinero.
Si pagarán sueldos de verdadero servidor público (como en algunos países nórdicos), de seguro no queda ningún servidor público. Hoy política es sinónimo de plata fácil y buenos negocios
El pueblo no confía en gente que está vinculada a la política sin haber estado en alguna dirigencia social o en la calle defendiendo los cambios por una vida mejor.
La gente se cansó de votar por candidatos sin sustento que buscan un sueldo y que no luchan por su pueblo.
La ultraderecha ha crecido en el mundo producto del desencanto del pueblo con la democracia y con los partidos políticos. Hay que ser críticos y autocríticos con la realidad para revertir esa situación.
Hay que reivindicar a la democracia y potenciarla, las elecciones son el combustible que mueve la gran maquinaria del poder y hoy la gente no vota.
Una cosa que preocupa mucho es cómo las encuestas en nuestro país se convirtieron en maquinarias propagandistas y que terminan distorsionando la realidad y eso también es peligroso.
La posverdad, las fake news están generando una redirección de los votantes, de la opinión pública en general.
Hoy la democracia está en peligro.
