A casi un año de las próximas elecciones municipales, parece poco probable que el ex alcalde Fernando Paredes, pueda resolver sus temas judiciales e intentar una reelección. Al menos para él, sería un milagro.
Las redes sociales muestran una enorme adhesión a la figura del cuestionado político de la derecha. Por motivos que a primera vista no resultan de peso, Paredes estuvo meses detenido en el marco de la causa de las luminarias de la empresa Intelcom.
Ahora, en prisión domiciliaria, se inicia un nuevo proceso en su contra por faltas administrativas durante su periodo como alcalde.
La derecha de Puerto Natales observa de soslayo sus cartas, la concejal Verónica Pérez es una, la otra la ex candidata a alcaldesa, Ana Mayorga, ambas con arrastre entre los vecinos de la localidad.
De este modo, más allá de lo que decida hacer la alcaldesa Antonieta Oyarzo, la derecha debe encontrar un candidato/a que represente a un sector de la sociedad que siempre se lleva poco más del 30% de los votos en la ciudad.
Se sabe que las condiciones sociales y políticas en las que ganó la elección Oyarzo en 2021 ya no estarán presentes en 2024. La euforia por el cambio y la figura creciente del actual presidente Gabriel Boric en ese momento, más las denuncias que manchaban la figura de Paredes, hicieron una parte del trabajo para la ex socialista.
Oyarzo supo capitalizar inquietudes sociales. Sin ser feminista, como lo ha declarado en más de una ocasión, captó el sonido y el reclamo del movimiento, aunque provenía del socialismo y de una mirada más desarrollista, atendió las quejas de los verdes y su pedido de oponerse a iniciativas industriales en la zona. Estos grupos, mayormente jóvenes, le ofrecieron un soporte que Mayorga no consiguió.
Pasaron dos años y Oyarzo inauguró decenas de bailes, eventos musicales y fiestas populares, pero ningún proyecto. No se hubiera notado tanto sino fuera porque Paredes es reconocido a nivel nacional como un hacedor.
Oyarzo vino a representar otra cosas anclada mucho más en lo imaginario que en lo real. No empujó obras con su sello así como tampoco continuó otras que había levantado Paredes y que merecían nuevas etapas.
Esto explica en parte que bajo sus órdenes y a regañadientes se hayan terminado de resolver los permisos de la mega planta de Australis. No es lo que prefiere Oyarzo, es cierto, pero al menos significa un anuncio económico y una gran noticia para la comunidad. Su rostro serio y con signos de incomodidad en la foto con los ejecutivos de la empresa lo expresa todo.
A lo largo de dos años la ciudad también perdió varios puntos en la escala de mantenimiento estructural. Calles sin pintura, sin señalización, costanera y bici sendas abandonadas, luces quemadas, calles barriales sin mantenimiento, el etcétera es largo.
“¿Qué le pasó?”, se preguntaba un ex funcionario de Oyarzo semanas atrás ante este cronista. Y la pregunta no tenía carga de malicia.
Puerto Natales vive una época marcada por el vacío de poder político. Hay una administradora, apuntada porque su trabajo no se tradujo en algo concreto, pero poco más.
La venida urgente, casi de bombero del senador Carlos Bianchi en invierno, fue sobre todo para dar justamente eso, una señal de poder político. De que aquí manda alguien y tiene ideas y soluciones para la comunidad.
No obstante, Puerto Natales hace un par de años que pedalea sin cadena. En silencio y en la nada.