En los últimos días con mucha profusión y no menos confusión hemos asistido a una cantidad de declaraciones respecto al trabajo que se está desarrollando en la Convención Constitucional y de las discusiones que se han dado al interior de ésta por parte de los convencionales.
Los temas tratados y dependiendo del sector político en que se dan , es el prisma con el cual se mira y comenta, por lo mismo pareciera ser que para unos se estaría urdiendo un país de miedo, en el cual todo lo conocido daría lugar a una nueva realidad que impondría una institucionalidad dictatorial, de la cual no habría soñado ni el dictador más cruel en toda la historia de la humanidad y aquí sería cosa de la coacción de unas cuantas personas , para otros en el lado contrario del espectro político hay que hacer todo de nuevo , todo lo que no hemos sido capaces de hacer en toda nuestra historia , ahora es su oportunidad y refundar todo es la tarea a realizar y la gran oportunidad que tendrían estos sectores populares por lograr esos anhelos.
Lo increíble es que ambos argumentos son los que aprovechan quienes encabezan los sectores ultras a uno y otro lado . Cuántas veces hemos escuchado como argumentos de quienes se imponen por la fuerza , que lo hacen para impedir que se siguiera tal o cual camino. Acaso no hemos conocido en mas de una oportunidad los argumentos de que estábamos a punto de caer al precipicio y llegada del mesiánico salvador a poner orden impidió ese desenlace ó al contrario , de que como no logramos nuestros legítimos derechos es necesario torcer el camino para imponerlos y para ello incluso la fuerza es legitima.
Ni lo uno ni lo otro debería ser lo lógico en cualquier mundo democratico , donde indistintamente en las condiciones en que vivivmos necesitamos cambiar todos con todos y no de unos pocos contra todos. La democracia más perfecta necesita de grandes consensos que posibiliten pactos amplios, que consideren las necesidades y las urgencias de las mayorías .Lo contrario hace insostenible cualquier modelo.
Las personas en los últimos años se han dado cuenta con claridad de que los tiempos que estamos viviendo y en la situacion sanitaria que tenemos , que necesitamos sistemas de protección social extendidos y no solo la para la salud y lo que hay que superar son las debilidades que el sistema impone a las grandes mayorias . Para ello se requiere disponer de los recursos necesarios para hacerlas más eficientes. Nadie debería pensar que la salud pasa por privatizarla, cuando hasta en los países más ricos la salud pública fue la que salvó vidas. Por eso los ciudadanos con más fuerza demandan redes de protección social por parte del Estado para enfrentar éste y otros percances , que sin duda llegarán . Lo que no quieren es vivir situaciones similares y que no cuenten con lo necesario , donde unos enfrenten la adversidad bien y seguros y otros en cambio se queden atras y en pauperrimas condiciones . La cuestión es cómo nos financiamos en un bienestar estable y colectivo .
Esta debiera ser la gran discusión de los convencionales y todas las demás tendrían que circular a su alrededor . Por eso nuestra nueva constitución debiera ante todo abordar la protección social en un contrato de nación lo más amplio y mayoritario posible y los consensos necesarios debieran responder a esta realidad nueva, diferente y no de manera instrumental . Es decir saber con qué recursos contamos para acceder a un bienestar social real y de como podemos aspirar al mismo tiempo a ese anhelo .
El estado del bienestar debiera ser nuestro norte y no otro y este se logra solo sabiendo hacer las cuentas y no al revés. Con respecto a las instituciones estas deben estar al servicio de la gente y no lo contrario.
Contar con recursos para la protección necesaria significa que hay que evitar todo lo que coarte que el estado cuente con los ingresos necesarios y cuando somos un país con posibilidades de ser más y mejores , pero no todos parecieran que están esta tarea , ahí es donde se requiere una legislación para ordenar , sancionar e impedir desde la legalidad todo lo que sea contrario al bien común consensuado y pactado .
Los que no comprendan que un pacto social amplio es la única posibilidad de resolver democráticamente todos los problemas y dar las posibilidades de vivir en condiciones adecuadas para todos con todos y no unos pocos contra todos los que somos la gran mayoría.