La situación del ex alcalde de Puerto Natales, Fernando Paredes, es una caja de Pandora.
Puede parecer simple a primera vista –un ex funcionario preso por hechos de corrupción–, pero tiene implicancias que son todavía difíciles de mensurar.
El que alguna vez fue el “patrón de Ultima Esperanza” pasa sus días en la penitenciaría de la localidad acompañado de Andrés Matulich, ex encargado del área de luminarias del municipio. Junto ellos hay detenidos por robos violentos, corrupción de menores y otros delitos graves.
Ninguno quiere estar allí, pero a diferencia del resto, Matulich y Paredes verdaderamente no se esperaban con terminar tras las rejas.
Paredes viajó especialmente desde Santiago donde se encontraba el pasado 24 de enero para ponerse a disposición de la Justicia y resultó que la magistrada Marianela Chacur estaba persuadida de encarcelarlo. También a Matulich.
Esto habría derivado en un encuentro nada amable entre ambos ex funcionarios en la cárcel. Según ha trascendido Matulich habría increpado a Paredes lo que derivó en una secuencia donde no faltaron los golpes de puño y los empujones. El rumor insiste en que fueron separados aunque quedaron huellas en el sentido físico y espiritual para los dos.
La jueza otorgó 90 días de plazo para llevar adelante la investigación, que promete numerosas aristas, por parte de los fiscales Sebastián González y la Fiscal Paulina Valdebenito. De todos modos, poco y nada se ha visto hasta ahora. El material de Canal 13 ampliamente difundido refleja algunas de las conversaciones que Paredes habría mantenido con los directivos de Intelcom para acordar el delito financiero.
Intelcom es la empresa que se adjudicó en el último tiempo numerosos contratos de renovación de luminarias a lo largo del país. Para hacerlo, la justicia presume que pagaba coimas a alcaldes y funcionarios a cambio de garantizarse millonarios contratos una vez que la licitación era liberada públicamente.
En el caso de Puerto Natales la coima habría sido de 50 millones de pesos. Un dinero que figuraría en uno de los ítems del contrato con la comuna como un gasto referido a la obra y el proceso administrativo.
Paredes asegura que cuando se enteró del prontuario de Intelcom hizo caer el acuerdo que, en teoría, lo beneficiaba por debajo de la mesa. Lo cierto es que nunca llegó el dinero a sus manos.
Lo que sabemos hasta ahora, en términos de pruebas fehacientes, deja gusto a poco. Habrá que ver si las escuchas son admitidas en su totalidad por parte de la justicia y si Paredes termina explicando que las conversaciones referían a un asado y no a una coima. Todo esto puede pasar porque la historia de la justicia en el mundo, y en especial en Latinoamérica, es la historia de las confusiones y juegos de espejos.
Quién se ha mostrado detrás de la condena prematura de Paredes y además apura expedientes por otras faltas históricas a los deberes públicos, es la alcaldesa Antonieta Oyarzo. La mandataria local, convirtió en una causa personal llevar al ex alcalde ante los tribunales.
Aquí es donde la caja de Pandora comienza a emitir conejos negros desde su interior. Las redes sociales han sido determinantes a la hora de apoyar a Paredes. Cientos de mensajes anónimos y con nombre y apellido consideran que Paredes no sólo no merece estar en prisión sino que fue un buen alcalde.
La única “encuesta” disponible en Puerto Natales por ahora son lo que indican sus redes.
Hay mucha tela para cortar por obras mal ejecutadas en aquellos 12 años y un relleno sanitario que es literalmente un pozo sin fondo que lleva consumidos más de 5000 millones de pesos. ¿Resultados? Ninguno por ahora.
Claramente, no es lo que se discute en esta instancia. Oyarzo sabe que son cartas bajo la manga.
Para un sector de la población Paredes operó como el típico caudillo provincial: robó pero hizo. En tanto que Oyarzo queda anclada en la figura del: denunció pero no hizo nada.
La alcaldesa ha explicado en numerosas e incansables oportunidades que recibió un municipio quebrado y por eso no pudo ejecutar proyectos de envergadura.
La verdad siempre es más compleja. A su llegada al poder Oyarzo no tenía consigo una cartera de proyectos a ejecutar lo más rápido posible. Es sabido que para poder cortar la cinta de un proyecto municipal se requieren mínimo tres años: 1 año para su elaboración, 1 año para su tramitación y un 1 para su ejecución. Lo justo para terminar en el periodo de administración.
Fuentes han indicado a Zona Zero que al propio gobernador de Magallanes Jorge Flies Añón, nunca entendió muy bien cuál era la plataforma de proyectos de la alcaldesa.
Después de 12 años de obras de gran porte, la administración de Oyarzo ha estado atravesada por la ausencia de buenas ideas que mejoren estructuralmente la vida de la comunidad.
¿Le alcanzará el gesto de denuncia a Oyarzo para ganar una nueva elección? Mucho depende de lo que haga de aquí en más la justicia. En los próximos 4 meses Paredes podría tanto contener su situación como prender el ventilador afectando a otras personas que lo tuvieron cerca.
Recordemos que su propio partido lo ha dejado solo. Razones no le faltan.
¿Y si no pasa nada en la justicia? Aquí la pregunta se complica más. No está claro si a Oyarzo posee suficiente capital de votos para vencer a otro oponente cuando sea el momento. Un oponente que debería ser de la derecha natalina que, como es sabido, siempre conserva un piso de 3000 votos.
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