José Gabriel Parada no es bueno comunicacionalmente y de eso no hay dudas. Su perfil más bien retraído y sumiso está fuera de todo lo que hoy se necesita en política, y más aún para estar a la cabeza de una comuna que está ad portas de enfrentar uno de los momentos más complejos en su historia. Lo que se viene para Porvenir es sencillamente peligroso para su subsistencia. En términos económicos, y con la caída de Nova Austral, y el monopolio de su conectividad por parte de Tabsa, los fueguinos están cada vez peor. Ni hablar de la salud a nivel local, y la despreocupación de los parlamentarios para con dicho territorio.
Tal vez por eso, había contratado a un coordinador de relaciones públicas. Una idea del propio Parada quizás asumiendo sus desventajas comunicacionales. Pero en las últimas horas los propios funcionarios municipales hicieron saber públicamente que el alcalde había despedido a quien hace un tiempo había contratado. Las malas formas en que Parada habría echado a dicha persona provocaron un problema más profundo aún al interior del municipio, lo que terminó con una reunión entre parte del Consejo Municipal de Porvenir, y representantes de la planta municipal.
Así las cosas, Parada prosiguió en su mala línea y amenazó con sumarios a los funcionarios que, según el alcalde, habían asistido a esta «reunión política».
Cabe recordar que Parada, desde que este medio publicó los detalles de la licitación de la compra de corderos para la actividad del verano del municipio nunca más respondió una llamada y menos una entrevista. En aquella ocasión el alcalde de Porvenir se comunicó con este medio para pedir explicaciones por la publicación.
Lamentablemente, se está demostrando que algunas personas no solamente les hace mal el poder, si no que además, comienzan a ver fantasmas donde realmente no los hay. Y simplemente, empiezan a transformarse en una especie de «reyezuelos» que se molestan o amenazan cuando no se hace lo que ellos quieren.
Nada más alejado de la democracia, y obviamente de la libertad de expresión. Y lamentablemente, con la censura por parte de Parada para con medios de comunicación que tienen todo el derecho a informar e interpretar las funciones y actos de funcionarios públicos.
Al parecer a Parada, como a otros, se les hace fácil faltarle el respeto a la prensa.