ONG’s volverán a la carga mientras se espera mayor transparencia en su financiamiento [Por Mauricio Vidal Guerra]

2 de junio de 2025

¿Quiénes financian a las Organizaciones No Gubernamentales? El misterio continúa y hace años que existe un proyecto de Ley que las obligaría a Las ONG’s a profundizar obligatoriamente en esa falta de claridad sobre cómo gestionan los recursos que reciben. Las dudas sobre la objetividad de sus informes han ido fortaleciendo la necesidad fundamental de transparentar los fondos recibidos. Porque cabe señalar que dichas entidades tienen todo el derecho a accionar y pensar como les parezca más adecuado, pero es esencial que el trabajo de estas organizaciones sea percibido como legítimo y confiable, cuestión que pareciera más bien una falta de voluntad o sencillamente un dejo planificado que poco podría entender un ciudadano común y corriente.

Hace varios años que sigue en algún cajón del Congreso Nacional una moción patrocinada por los diputados Miguel Ángel Calisto, Jorge Saffirio, Leonardo Soto, y las diputadas Erika Olivera y Joanna Pérez, que obliga a las ONG’s a transparentar sus ingresos y mecanismos de financiamiento. De toda lógica la iniciativa, cuando uno ve que dichas entidades participan habitualmente en diálogos con autoridades y funcionarios públicos, y donde se han visto situaciones que a lo menos uno pudiera entender como extrañas o poco entendibles respecto a los escenarios territoriales locales.

Quienes empujan dicho proyecto, comprenden como vital el transparentar los ingresos y mecanismos de financiamiento que tienen los organismos no gubernamentales (ONG) con tal de saber cuáles son los verdaderos intereses que defienden. No tiene nada de raro el exigir algo tan razonable, sobretodo desde una región como Magallanes, donde debiéramos volver a la sana costumbre de poder decidir qué cosas queremos, y para dónde nos gustaría dirigirnos en el presente y en el futuro.

Es bueno recordar, que desde hace mucho rato diversas ONG’s han aparecido en Magallanes negándose al desarrollo productivo de la salmonicultura, y obviamente en el último tiempo no se han quedado afuera de las críticas hacia la industria del hidrógeno verde. Podrían afirmar que sus miles de socios con sus aportes hacen posible estas campañas, cuestión radicalmente diferente a la realidad de las empresas que tienen balances, con información abierta, y si no la cumplen pueden llegar a ser multados.

Es correcto decir que son varias las organizaciones no gubernamentales (ONG) que se oponen al modelo de desarrollo del hidrógeno verde en Chile, tal cual como lo han hecho por años con la salmonicultura, y que se vincula a preocupaciones sobre impactos ambientales, sociales y territoriales, criticando según ellos (y en todo su derecho) la falta de regulaciones y la aceleración del desarrollo de dichas actividades sin considerar las consecuencias ambientales. Cuestión, que vale decir, ha tenido mejoras significativas por el lado de la fiscalización y de la responsabilidad de las industrias en cuestión, sobretodo en el último tiempo.

Pero siempre queda de lado la visión de quienes vivimos en este territorio. Pocas veces se toma en cuenta la opinión más general de los ciudadanos, las familias, las personas comunes y corrientes que ven en estas entidades productivas muchas veces la oportunidad de surgir y entregar mayores beneficios a los propios integrantes de su clan familiar. Y hablamos de la opinión más allá de los conversatorios delimitados a representantes de algunas comunidades específicas.

Somos los magallánicos los que debiéramos aportar casi como un deber nuestro punto de vista sobre nuestro desarrollo. Qué hacer, de qué manera hacerlo, con quienes, y en qué sectores. No es lógico ni comprensible el que vengan de todos lados a decirnos lo que tenemos que comer y producir. Y cómo tendríamos que querer vivir o planificarnos con miras a lo que viene.

Es verdad que nuevamente una oleada de ONG’s comenzarán a reforzar sus lineamientos sobre la salmonicultura en Magallanes (el resto del sur de Chile), y también respecto de la industria del hidrógeno. Seguramente, no es negativo que tengan su opinión, y que dicha opinión sea una más y no la «única».

La nuestra, la opinión de quienes vivimos en esta región es crucial, y debiera ser aún más preponderante a la hora de tomar una decisión. Pero por sobre cualquier cosa, tenemos todo el derecho a saber quiénes son los que opinan desde tan lejos, y quiénes están detrás de dichas opiniones reforzándolas con entrega de recursos que tampoco sabemos de dónde vienen.

Con la industria de salmonicultura retomando el vuelo nuevamente, después de periodos complejos y realmente preocupantes, y con las empresas vinculadas al hidrógeno colocando sus proyectos a la merecida evaluación ambiental, se espera que prontamente comience el baile de ONG’s negándose a su implementación de manera más directa y confrontacional. Nada nuevo bajo el sol. Pero se hace preponderante la transparencia antes señalada, ojalá dirigida desde el propio Parlamento, donde nuestros congresistas por la región también tienen, y tendrán, mucho que decir.

Escrito por: Mauricio Vidal Guerra, periodista, director ZonaZero.cl