Observando la situación de la Araucanía [Columna de José Saldivia]

6 de noviembre de 2021

Observando la situación de la Araucanía ,  inmediatamente se percibe que no hay quien esté trabajando por algo tan importante como necesario  en estos momentos , como  es  aunar voluntades y que en esta coyuntura  se ven tan  contrapuestas las partes . Para ello y sin tratar de ofender a nadie , se necesita a una persona que piense  , a un grupo que organice  y a una entidad que tome la  iniciativa para que se aproximen  las partes y se vean las diferentes vías de concordancia que permitan superar el enfrentamiento permanente y creciente , como se está dando en los últimos tiempos y pueda verse superado este conflicto por el entendimiento negociado  .

 Esta actitud de aproximar partes precisa de un interlocutor , que ante todo tenga la capacidad de comprender como nadie la fuerza del diálogo , al mismo tiempo requiere de mucho coraje y no poca capacidad de persuasión , comprensión, la tolerancia, de diálogo y que lo ocupe en busca de algo tan necesario y primordial como es la  concordia .

 Pero ocurre que, solo escuchamos relatos sobre hechos de violencia y de cómo la autoridad estatal, con una sola respuesta  reacciona militar y policialmente  ante situaciones que parecieran ser sólo de enfrentamientos de grupos irreconciliables, sin espacio ni posibilidades de alcanzar la anhelada pacificación de un territorio deteriorado como ningún otro en la convivencia y la paz .

Ante un escenario como este, no solo se pueden tener respuestas de fuerza , por ambas partes  tal como vemos diariamente. Donde la acción lleva a una reacción , desconociendo de antemano las consecuencias y de cómo la espiral de violencia se  mantiene, profundiza y acrecienta en todas las direcciones  , resultando de esta manera casi imposible una salida racional, acordada, pactada en el tiempo.

Hoy más que nunca se nota la ausencia total de alguien encomendado para realizar este trabajo , viendo vías alternativas. No de alguien que  junto a un grupo de expertos se reúnen para efectuar una propuesta , con la premisa de la toman o la dejan . No , eso no es lo que se necesita en estos momentos   . Es cierto que la nueva Constitución , con seguridad abordará este tema, pero también considerando  los niveles crecientes de conflictividad  no puede ser  solo un tema dejado a la constituyente . Es más requiere de grandes acuerdos para establecer el pacto constitucional.

Se necesita en este escenario que las partes avancen, incluso puedan a partir del diálogo compartir propuestas, que den solidez a las vías disponibles para concordar salidas permanentes. Reitero a quien encabece, organice y  de sustento a soluciones posibles debe venir desde la sapiencia , la templanza y la racionalidad , para trabajar de verdad en un  pacto , que resulta fundamental para recuperar primero  y luego profundizar la convivencia política en ese y todos los territorios .

Que duda , no existe salida posible sino encontramos una base de entendimiento , de concordancia,  forjada como respuesta a un desafío,  no solo de negociación técnica sino frente a uno de voluntad política , que incorpore todos los retales de ayer y hoy, ya que  no habrá soberanía y seguridad , pues las dos son cara de la misma moneda  y deben darse en un clima de confianza y de respeto mutuos. Seamos claro,  nada de esto tenemos hoy.

 Como referencia, si vemos como otros estados en el mundo fueron capaces de salir de situaciones parecidas e incluso más complicadas , con niveles de conflictividad que alejaban cualquier salida posible y donde incluso fue necesario el concurso de terceros países, dieron el paso y hoy son situaciones en vías de superación y ven el futuro en cuanto a desarrollo de manera muy promisoria.

En el Estado mexicano de Chiapas , en enero de 1994 se sublevaron fuerzas zapatistas en varios municipios y declaran oficialmente la guerra al Gobierno de México y anuncian sus planes de dirigirse hacia la capital. El diálogo con el gobierno se extendió 3 años y acabó con la firma de los Acuerdos de San Andrés, que incluía modificar la constitución nacional para otorgar derechos, incluyendo autonomía a los pueblos indígenas entre otros puntos.  Hoy esta región es la que ha tenido los mayores niveles de crecimiento en las últimas décadas y sus niveles de conflictividad no son superiores a los de cualquier estado mexicano.

Los Acuerdos de Belfast  «Good Friday Agreement» de Irlanda del Norte , luego de años de conflicto armado, con hechos de sangre que solo profundizaban la ruptura, se logró finalmente por los gobiernos británico e irlandés establecer un acuerdo negociado  y aceptado por la mayoría de los partidos políticos norirlandeses, para poner fin al histórico  Conflicto de Irlanda del Norte. También fue aprobado por el pueblo de Irlanda del Norte y la República de Irlanda mediante un referéndum en cada lugar.Con los años, el acuerdo se ha revelado con éxito, habiendo este contribuido a la paz y estabilidad en la región.

Estos son dos ejemplos, no perfectos, son obra humana , a través de los cuales se alcanzó la paz en virtud  del acuerdo, la negociación y la concordia. De esto si que estamos lejos los chilenos , donde nadie habla de las posibilidades de la paz y menos de la concordia.

Escrito por: José Saldivia Díaz, columnista.