Luis Alarcón, el natalino que nunca dejó de volver a casa (Por Guillermo Muñoz)

5 de agosto de 2023

No cuesta imaginar al recién fallecido actor chileno Luis Alarcón, parado en la costanera de Natales, adolescente, mirando el horizonte como tantos natalinos lo han hecho hasta el día de hoy. Y preguntando si más allá había un gran futuro para él.
Y lo había. Sin apenas presagiar, pero sí intuir, este natalino que emigró a Santiago para acompañar a su padre enfermo, se convirtió en el rostro del cine chileno por casi 50 años, no por ocupar roles protagónicos- que de hecho los tuvo poco-, sino por ser un rostro infaltable en cada película de la filmografía nacional.
Desde el compañero de farra en “Tres tristes tigres” (1968) que recorre los bares santiaguinos; el juez que interroga al Chacal de Nahueltoro (1969); el padrastro alcohólico y sospechosamente abusador de “Palomita Blanca” (1973-1992), el aristócrata padrino de “Julio Comienza en Julio” (1979); el homosexual ya viejo que paga por favores sexuales en “Caluga o Menta” (1990); el juez con pasado oscuro que rompe la pluma del joven ministro de la transición en “Jhonny Cien Pesos” (1993). En todos estos papeles que interpretó, aunque su aparición fuera de unos pocos minutos, podía cubrir la pantalla con su presencia y los espectadores confirmar que sí, estábamos ante una película chilena.

Hoy nos queda de legado no sólo sus películas, también un bello documental sobre su vida realizado por uno de sus hijos: «La invención de la Patria» (disponible en youtube)
Luis Alarcón se fue de Natales y al parecer nunca miró hacia atrás. En aquellos años eso podría equivaler en Natales a una traición. Pero así como nunca faltó su rostro en una película chilena, tampoco de su boca faltó la palabra “Natales” cuando de entrevistas se trataba. La prueba de esto sería darle a este pueblo tan necesitado de cariño a veces, una fiesta del cine que, como el origen del cine mismo, se inauguró en una caverna como es la Cueva del Milodón.
El también ya fallecido productor iraní-chileno Abdullah Ommidvar, una especie de David O. Selznick de Hollywood a la chilena, y amigo de Luis Alarcón, cuando estuvo en Natales por la Muestra de Cine arengó a los presentes para que Natales construya un monumento a la entrada de la ciudad con la figura de Luis Alarcón y que ésta tuviera una frase: “Si camino no hablar, ser el natalino Luis Alarcón qué venir”. El chiste se cuenta solo.

Escrito por: Guillermo Muñoz