Los cigarrillos ilegales siguen pasando la frontera, mientras las familias no pueden reunirse y los jubilados no cobran sus jubilaciones

8 de diciembre de 2021

Paradojas de la pandemia.

Entre Puerto Natales (Chile) y Río Turbio (Argentina) hay apenas 30 kilómetros, pero cientos de personas con familiares a ambos lados de la fronteras no puede verse las caras en persona porque las fronteras permanecen cerradas hace dos años.

Mientras tanto, de manera periódicas, caballos y camionetas cargados con miles de paquetes de cigarrillos siguen cruzando los bordes para alimentar en próspero negocio clandestino que mueve alrededor de USD 5 millones al año. Es que el precio de los cigarrillos en Chile puede duplicar y triplicar a los que se venden del otro lado.

En los últimos meses los vecinos de Puerto Natales se han manifestado en la calle exigiendo que se abra el paso fronterizo que une de modo directo a Natales con Turbio. Y lo exigen con más ardor después de que las autoridades de Chile anunciaron que se levantarán las barreras de numerosos cruces terrestres a lo largo del país, incluido Paso Cancha Carrera – Río Don Guillermo que enlaza El Calafate con Torres del Paine pero no el de Mina 1 que conecta a ambas comunas.

En este tren de paradojas tampoco pudieron pasar el límite territorial las famosas vacunas Sinovac que a principio de este año había ofrecido el senador Carlos Bianchi a toda la población de Río Turbio. Los esfuerzos diplomáticos quedaron en la nada, de modo que mientras Puerto Natales rápidamente vacunaba a más del 95% de su población, Turbio hacía malabares para conseguir dosis.

La cuenta de Facebook “Queremos ver a nuestros familiares”, subida por Carolina Malatesta, una argentina radicada en Chile, tiene más de 2500 adherentes.

“Haber perdido a mi tía Ali en Río Gallegos por un ACV (accidente cerebrovascular) y no poderle dar ese abrazo a mi familia fue tan difícil. Ese momento me impulsó a comenzar algo que pensé y soñé durante éstos dos años en que no he visto a mis padres, hermanos y tíos”, indicó Malatesta a El Pingüino.

En los 70 y los 80 la mina de Río Turbio era una de las pocas opciones laborales que tenían los pobladores de Puerto Natales olvidado del gobierno militar al mano de Augusto Pinochet. El vínculo entre los dos lugares tiene una larga y profunda historia detrás.

Pero no solo hay quiebres emocionales, también se gestaron problemas económicos entre los muchos chilenos que cobran su jubilación en la Argentina por haber trabajado en la ex Yacimientos Carboníferos Fiscales. La mayoría de ellos acudía todos los meses al Banco Nación para sacar su jubilación tras décadas de trabajo en la mina. Ahora la frontera está cerrada y no tienen acceso a su dinero por caja.

Entonces deben apelar al uso de la tarjeta en cajeros de Chile, transacción que implica pagar un impuesto (ronda los USD 10 por cada retiro) y les entrega el dinero al cambio oficial y no del mercado (la diferencia entre ambos es de más de 4 puntos en algunos casos), con la consecuente pérdida del valor de sus jubilaciones.

Se estima que en la zona hay unos 500 afectados entre mineros jubilados y mujeres pensionadas de mineros fallecidos, informó a La Prensa Austral, el ex dirigente del Centro de Mineros de Río Turbio en Puerto Natales, Luis Vidal Osorio.

Escrito por: Redacción Zona Zero