La tan anhelada y siempre mal entendida “Libertad de Expresión” [Por César Ríos]

2 de marzo de 2022

La libertad de expresión, entendida por el suscrito como “aquella manifestación intrínseca del ser humano que radica en lo más profundo del ser”

Esto, consistente en la ansiedad que tenemos de poder manifestar lo que se piensa, genera una disyuntiva ético – moral, amparada en sentimientos, sobre todo, cuando la postura inicial frente a un acto o hecho determinado puede afectar a quienes interactúan con nosotros en diversas esferas.


El liberalismo como corriente filosófica en términos políticos, defiende por esencia las libertades individuales más que las colectivas y cuando son estas últimas se refiere a grupos de poder, ambas amparadas en nuestra actual Constitución Política del Estado, no obstante, dicha defensa también repercute en la toma de decisiones que se realizan a nivel gubernamental, transformando este tipo de expresión ciudadana en un medio de presión para la resolución de problemas y necesidades insatisfechas que se exigen cada día más a través de diversas demandas de la ciudadanía.


Como principios de conformación de la libertad de expresión, nos encontramos con conceptos como Tolerancia y Respeto, siempre y cuando se manifiesten a través de la facultad legal que le corresponde al ejecutivo fiscalizar, manifestación de expresión que no perturbe de manera negativa el actuar del Estado, ya que como fenómeno apreciamos el uso de la violencia indebida de estos grupos, por ende, el Estado, debe velar por la protección de los demás habitantes.

El pacto de la Libertad esta sujeto consecuentemente con defender a las personas y los bienes que ellos posean, como también, los bienes públicos.


¿El Estado es capaz de velar por las necesidades de las personas y garantizar la libertad de expresión? Respuesta que puede llevar a más de una discusión practica- teórica, no obstante, el Estado manifiesta esta protección a través de las Garantías Constitucionales y vela por las necesidades de las personas a través de la creación de proyectos, programas y Políticas Públicas emanadas de cada uno de los servicios que lo componen.


¿Cómo se prioriza las necesidades de un grupo determinado de la Población? En términos insisto, nuevamente desde la perspectiva teórica, el Estado debe a través de sus distintos estamentos, realizar un análisis de las necesidades sociales que afectan a un grupo importante de la población, analizando y retroalimentándose de información que le permita tomar la decisión en base a los recursos existentes, la distribución presupuestaria de los mismos, con la finalidad, que le permita poder determinar si es posible subsanar la inquietud manifestada por la ciudadanía.

Todo lo anterior, dentro de las facultades que por norma lo regula, para el ejercicio propio de esta función, pero la realidad es muy distinta, en la mayoría de los casos, el Estado dentro del contexto de Populismo Social (propuesta social que pretende a favorecer a los grupos más desvalidos) se guía por las demandas que cada grupo de presión manifiesta a través del concepto de libertad de expresión, que lamentablemente son consideradas para muchos elaboradores de proyectos la base para generar políticas públicas que satisfagan una necesidad manifestada o realice una retroalimentación que permita establecer parámetros de mejora continua, es decir, la priorización de necesidades se basa en los grupos de presión y como estos influyen en la determinación de acciones que debe tomar el Estado.

¿Por qué este gobierno que tiene termino en marzo de 2022, debió ser reactivo para elaborar Políticas Públicas con sus respectivos programas, esperando que sean grupos de presión, de interés y de poder que se manifiesten de cualquier manera para subsanar las necesidades que buscan satisfacer?,

¿Por qué este gobierno esperó que manifestaciones pacificas presentaran sus necesidades sin ser escuchadas hasta que llegaron grupos de presión con ,mas violencia para poder subsanar y entregar alternativas de solución a las necesidades existentes ?

La razón es simple, este gobierno tuvo un total desconocimiento de las necesidades de diversos grupos ciudadanos, este gobierno se basó en formato Excel para determinar programas, no fue capaz de escuchar las necesidades de la población, un ejemplo claro lo vivimos en inicio de la pandemia cuando el ministro de salud de turno dijo: “Desconocíamos cuantos pobres había en Chile.” Dicho comentario demostró que las autoridades gubernamentales actuales desconocen la realidad de los usuarios de cada una de sus carteras.


Un ejemplo pragmático de esta postura se está visualizando hoy en día en nuestra sociedad, todos sabemos la crisis que viven los distintos tipos de pensiones previsionales, las que afectan a un sector de la población que no genera presión, como son la tercera edad, no obstante, esta crisis fue traspasada a las nuevas generaciones por su calidad de imponentes y que se amparan en la empatía hacia este sector afectado (jubilados y pensionados), visualizando sus futuros una vez que cumplan con los requisitos establecidos por ley para jubilarse.

Pero existen más sectores en crisis de necesidades, pero estos, no generan la presión necesaria para inquietar a las actuales autoridades, me hubiera gustado ver la misma cantidad de adherentes que participaban en las diversas marchas pacíficas en contra de las AFP´s , manifestándose en contra de la calidad de vida de los niños que viven acogidos en centros fiscalizados por el SENAME, pero como insisto, no es un problema que afecte directamente a un grupo de presión fuerte, por ello, el Estado si bien, está buscando soluciones, no está en su agenda política como prioridad gubernamental, por no existir la presión adecuada.

Ya está a un mes de terminar el periodo presidencial vigente y grandes cambios respecto a esta situación puntual descrita con anterioridad, solo fueron pinceladas para callar una que otra voz.


En resumen, podemos concretar dos fenómenos, el primero, determinando que existe una problemática amplia en términos de definición entre lo que el Estado permite como libertad de expresión en base a lo que se debe permitir y lo que se debe proteger, para que esta libertad no afecte la libertad de quienes tienen una postura distinta frente a un hecho puntual que los afecte. Como segundo fenómeno, corresponde analizar que cada vez más un país inserto en la globalización con medios de comunicación abiertos, quedara expuesto al Estado y al nacimiento espontaneó de grupos de presión fuertes que alterarán las agendas públicas de cada gobierno, incluso, generando alteración de principios partidistas o de conglomerados estipulados en las promesas de campaña, de cada uno de los cargos públicos elegidos mediante votación popular. (este articulo fue escrito y difundido, en panel de expertos de la Casa de Estudios Santo Tomas), sin considerar que podría existir un estallido social (grupo de presión fuerte) que luchó por las desigualdades del gobierno de turno hacia sus habitantes)

Para finalizar, quiero dejar una frase encontrada en el libro “Los amigos de Voltaire” publicado en 1906, por Evelyn Beatrice Hall, que señala: “Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”.

Escrito por: César Emilio Ríos Hernández, Administrador Publico Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas Magister en Criminología, Derecho Procesal Penal y Análisis pericial Forense.