La responsabilidad de la palabra escrita [Columna de José Saldivia]

30 de octubre de 2021

La importancia de los programas presidenciales radica no tan solo es los compromisos que plantea quien pretende ocupar la primera magistratura de la Nación, si no también cómo desde el ámbito ciudadano podemos seguir  y exigir  la veracidad de tal compromiso  y su cumplimiento para el periodo en el que tendrá tal responsabilidad ejecutiva.

Una de las formas que restableció nuestra democracia a partir de la recuperación de las libertadas , fue volver a un ejercicio democrático tan simple como dar cuenta anualmente de los avances que dicho  programa de gobierno tiene en la marcha de la nación, como por ejemplo  que nuevas leyes están en camino legislativo con sus respectivas  negociaciones, para lograr que tales iniciativas convenidas se plasmen y concreticen en beneficio de las mayorías.

Por todo lo anterior , es que es tan importante que todos los candidatos a la presidencia cuenten  con un  programa de gobierno y  no tan solo ideas establecidas en un orden de prioridades , si no argumentadas con sensatez , en los pasos a seguir para su implementación , en como las concretara, si hay recursos implicados, cual sera su financiamiento, las negociaciones para alcanzar  para su concreción , la cantidad de beneficiarios  directos o indirectos  , la repercusión en la vida de las personas , es decir muchos elementos que deberán tenerse en cuenta  para poner en marcha  finalmente algo que en un programa se estableció como un pacto de intenciones  . Por lo mismo , los compromisos de todo candidato presidencial no pueden  ser una lista de supermercado,  soltadas al voleo por si gusta y pasan como si nada , esta palabra escrita es ante todo un pacto ciudadano , que requiere ser sancionado por la gente,  para ello se exhorta  de parte de quien lo asume un compromiso de responsabilidad y no un hecho de populismo político carente de toda seriedad .

Sin duda,  como nunca antes en nuestra historia mas reciente,  hemos hablado tanto de los compromisos que desde lo publico se tiene y debe tener . No hay duda que este hecho se activo con mas fuerza por el estallido social y posteriormente por la pandemia covid 19 , que avivaron  en el ciudadano la exigencia de  respuestas rapidas  como nunca antes , de ahi que la gente este atenta a lo planteado por los candidatos y cuales son sus compromisos .

Un ejemplo de lo esbozado se dio con la  salud publica . Cuando nos vimos  sumergidos de lleno en la pandemia, todos sin diferencia miramos al servicio publico y  como desde alli se darian las acciones a seguir .  El exito de hacer frente a una pandemia vino de la existencia de una salud publica estatal solida ,  organizada, con infraestructura adecuada y que en los ultimos años mejoro su capaciadad profesional y tecnica , mas alla de que habian voces  que años antes  planteaban  que vastaba con un estado pagando  voucher.  Menos mal que esa idea programatica de Joaquin Lavin nunca se concreto. Hoy sabemos con mas fuerza que sin salud publica nuestras posiblidades de vida hubiesen estado reducidas a la desesperación como ocurrio en muchos paises de nuestro entorno.

Tambien el ciudadano ha concluido que si tiene urgencias , estas deben ser abordadas desde publico, con recursos dispuestos con celeridad y sin dilaciones. Si algo quedo claro , es que el estado no puede estar ausente de las necesidades urgentes que afectan a las personas  .

Por todo, es también importante rendir cuentas de lo comprometido, esto es una forma básica y concreta de  mejorar  la calidad de nuestra democracia y en algo que es tan antiguo como es el valor de la palabra comprometida. Cuando muchos se preguntan  como la gente recupera la confianza en las instituciones  y por extensión en la política , es en  el cumplimiento de los compromisos. Hay que aumentar la confianza  al margen de la coyuntura política y quien pretende llegar a la presidencia no lo puede hacer solo soltando consignas vacías y de vida corta . Las ideas tienen que tener consistencia y la palabra es ley .

Escrito por: José Saldivia Díaz, columnista.