La nueva campaña de Greenpeace: hacer creer al mundo que Magallanes es un basural (Por Claudio Andrade)

17 de julio de 2023

Desde la perspectiva de la poderosa ONG ecologista Greenpeace, Magallanes es un enorme basural de las salmoneras.

No hacen falta declaraciones de quienes la dirigen puesto que alcanza con observar su insistente trabajo en redes financiado con millones de dólares que provienen de sus cuotas y asociaciones con otras grandes ONG y empresas multinacionales.

Hace tiempo que Greenpeace dejó de ser una organización sin fines de lucro para convertirse en una entidad con agenda y lobby propios que influye sobre naciones enteras.
Magallanes tiene más de 500 años de historia contemporánea desde su descubrimiento por las potencias de la época, pero poco más de 2 siglos de evolución permanente hasta alcanzar el Magallanes que conocemos.

Hizo falta mucho esfuerzo, motivación y compromiso para que esta región salvaje y despoblada se convierta en una de las de mayor proyección de Chile y Latinoamérica.

Pero esa no es la historia que quiere escuchar Greenpeace.

En 500 años desde el descubrimiento del Estrecho Magallanes (realizado por Fernando de Magallanes en 1520) a la fecha, en la visión de Greenpeace, los únicos que dejaron un rastro considerable son las empresas dedicadas a la salmonicultura.

A Greenpeace no le interesan las afectaciones propias de la instalación de las personas en un medio determinado. Tampoco las necesidades alimenticias de cientos de millones que son cubiertas año a año por la salmonicultura. En rigor, no están atentos a lo que ocurra en Puerto Natales, Porvenir o Puntas Arenas.

Por esto es que cuando pescadores, trabajadores y representantes del pueblo kawéskar los esperaron en el muelle de Natales para dialogar sobre su campaña arriba del velero Witness en los fiordos la tripulación decidió no bajar. Los representantes de distintos sectores los aguardaron más de hora en una mañana fría hasta que decidieron irse decepcionados.

En los últimos 50 años (Greenpeace fue fundada en 1971) la región ha albergado mineras, pesqueras, industria petrolera, frigoríficos, mataderos, industria de materiales muy diversos, explotación forestal, pero poco y nada se le escuchó decir a Greenpeace al respecto.

Sus videos hacen creer que frente a las aguas de Puerto Natales existe un basural de enormes dimensiones faltando a la verdad de lleno. Su campaña busca escandalizar no informar.

Jamás se les ocurriría transmitir que los proyectos en los fiordos tienen estrictos protocolos de bioseguridad y que a su alrededor, en un porcentaje altísimo, el medio luce tal cual fue conocido antes de la llegada de los pontones. Prístino.

Sin embargo, los seres humanos inciden. Y lo hacen en función de su supervivencia. Este es un punto que incomoda especialmente a ONGs como Greenpeace, Oceana, Mission Blue, varias de ellas acompañadas por empresas como la marca de ropa Patagonia y el imperio Rockefeller.

Pero lo que quiere Greenpeace para Magallanes no es lo que quieren precisamente los magallánicos. Existen documentos –La Gran Mirada, es uno de ellos– en donde estas organizaciones dejan en claro que proyectan una Patagonia sin gente.

No es casual la furia con la que Greenpeace, que ha hecho una reciente denuncia por los restos encontrados en un sector de los fiordos, se entrega a luchar contra la salmonicultura.
La región tienen en su seno una industria de proyección mundial dedicada básicamente al futuro, que son los alimentos de carácter premium. Un sector que, además, según indican recientes estudios científicos, tiene la oportunidad de sostener una mínima afectación al mar que la recibe.

La industria de la salmonicultura no es ni remotamente extractiva sino lo contrario. La actividad está dedicada a su cultivo.

Por eso se entiende este avance hacia una afectación mínima en el futuro, pero que está siendo ya mismo construido a partir de innovaciones tecnológicas, varias de los cuales se encuentran en práctica en los Lagos y en Magallanes.

Pero, claro, si en Magallanes hay riqueza y desarrollo, también habrá más personas. Estadísticas que maneja el gobierno regional indican que en diez años, Puerto Natales y Punta Arenas, podría duplicar sus poblaciones gracias a la salmonicultura y el hidrógeno verde.

Aunque la salmonicultura es una realidad y entrega trabajo a unas 7000 personas en Magallanes, exporta por cerca de USD 700 millones y derrama unos $80.0000 millones en salarios.

El problema de Greenpeace no es el medio ambiente sino el éxito de un sector que podría torcer sus planes de crear una zona en Chile de sacrificio social y laboral.

Escrito por: Claudio Andrade