En el mes de mayo del 2024 Mario Sillard, militante del Frente Amplio y cercano desde la juventud al Presidente Gabriel Boric, dejó su espacio en el segundo piso de La Moneda donde hacía seguimientos a las políticas educacionales, y fue derivado a trabajar con el Ministerio de Energía relacionado al ámbito del Hidrógeno Verde.
En la foto aparece al medio, Mario Sillard, junto al diputado Gabriel Boric en aquel entonces, y al ex alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp.
La idea era que tuviera un rol de coordinador en la implementación de medidas contempladas en el Plan de Acción de Hidrógeno Verde y pueda avanzar en el ultra mencionado «Pacto de Magallanes», instancia tripartita (gobierno, gobierno regional y empresas) que busca, además, intentar poner una bandera medioambientalista, frente a las inversiones que se vienen por parte de la industria en cuestión. Es decir, dentro de todo lo que se puede ir coordinando, también levantar conceptos ideológicos para no dejarle la cancha tan «abierta» a los inversionistas. Una «creatividad verde» que ya ha tenido otros capítulos durante la semana que nos deja con temas relacionados a Sernapesca y el ámbito de la acuicultura… Y ahora corredores biológicos.
En las últimas semanas, Sillard ha insistido en que las empresas ligadas al hidrógeno firmen un compromiso para la instauración de un corredor biológico. Algo que sea «consensuado» para enviar una señal a los grupos ambientalistas, cuestión ideológicamente fundamental para el Gobierno y para el pequeño grupo que también compone Sillard, y que se reúne con representantes del gremio en cuestión.
Desde la industria ven esto como una seguidilla de deficiencias, y que se está intentando torpedear la institucionalidad a punta de acuerdos «ideológicos y sin fundamentos».
La insistencia del amigo de Boric en avanzar en aquello ha provocado incomodidad, y hasta molestia. La constante puja que ha mostrado según fuentes ligadas al gremio han dejado de manifiesto poco manejo para enfrentar dicha situación (visto así por la plana ejecutiva), y al mismo tiempo un extraño dejo de poca fundamentación en lo que están pidiendo a nombre del Ejecutivo, ya que no habría base científica para llevar adelante esta zonificación. Cercanos al gremio dicen que Sillard y otras dos personas que lo acompañan en las reuniones, argumentan que los datos los sacaron de la Línea de Base Pública, pero las mismas fuentes insisten en que dichos datos que ponen sobre la mesa sencillamente no existirían.
Lo anterior, dicen cercanos al gremio, produce nuevamente un efecto que genera solo desconfianza y preocupación respecto de los proyectos que actualmente intentan avanzar con las reglas del juego ya existentes. ¿Cual es la agenda? se preguntan. Y concluyen afirmando que las dudas persisten sobre si el desarrollo será dentro del marco legal o se seguirá siendo creativos para no quedar mal con sectores medioambientalistas aunque pequeños, muy cercanos al Gobierno.
Cabe señalar, que un corredor biológico se entiende como un espacio geográfico que puede conectar áreas de vegetación o hábitats naturales para facilitar la migración y dispersión de especies de flora y fauna. También, podrían permitir el flujo de organismos entre diferentes ecosistemas. Pero al mismo tiempo, se debe decir que esto jamás se había conversado ni informado públicamente, ni siquiera se ha hecho una consulta ciudadana al respecto, para ver qué opinan los magallánicos.
Vale decir, que a esta altura el presionar para la firma de un acuerdo «consensuado», que sirva de señal desde la industria que aún ni siquiera cuenta con los permisos correspondientes, y menos con las certezas reales de cómo se irá avanzando con dichos actos administrativos más vinculados a la famosa «permisología», además de futuras acciones legales de ONG’s para intentar frenar el desarrollo de la industria, es una movida no solo poco inteligente, si no que además llevada adelante con extraño sigilo, poca transparencia, y falta de datos concretos y reales.
