Los playeros son aves que vuelan desde el hemisferio norte y que llegan a la Patagonia chilena todos los años y todos estos años visitan el humedal de Tres Puentes, playeros de Baird, playeros de lomo blanco y pitotoys son algunos de estos viajeros de grandes distancias que llegan hasta el humedal.
La pregunta es ¿qué tiene de importante esta visita?
La respuesta es que para la mayoría de nosotros incluyendo nuestras autoridades y academia, no tiene mucha importancia, llegan todos los años sin que nos demos cuenta y se van sin que lo sepamos, la atención esta concentrada solo por un pequeño grupo de observadores de aves que sobresaltan la observación cuando un ejemplar accidental o fuera de lugar llega con los demás, pues entonces es un verdadero hermoso festival interno.
Los playeros, como las demás aves visitantes de este Humedal Urbano y de nuestra región patagónica, reflejan una evidencia que hasta el presente nadie está considerando, la razón es simple, no existen recursos ni intenciones, pero si muchos discursos, talleres y seminarios.
La presencia de estos viajeros, recuerdo, fue muy numerosa durante los primeros años de mis visitas más conscientes al humedal, año 2000, el 2007 al comenzar el censo en el humedal en forma periódica y mensual mediante estaciones fijas, (método conservado hasta el día de hoy) la situación fue similar, pero comienza el descenso a medida que los años transcurren y llegan estos viajeros a este pequeño charco de agua en medio de la ciudad de Punta Arenas.
La preocupación no debería ser tan insipiente ante especies que nos entregan las evidencias de lo que esta ocurriendo ante un inminente cambio global, en el caso de este humedal urbano, las aves llegan cada vez en menor numero y comienzan a reaparecer aquellas visitas accidentales y poco comunes que al menos nos debería presentar una duda o interrogante, pues algunas de ellas ya no son tan accidentales y otras ya no tan comunes.
Los playeros la presente temporada 2021 – 2022 encontraron una vez más un humedal con un sustrato adecuado, las pequeñas bandadas volvieron a surcar el humedal y a regalaron este lindo espectáculo sin embargo a igual que en aquellos años en que estas vivitas eran comunes me dispuse a viajar a aquellas lagunas en las que observé miles de ejemplares y no fue posible, mi vieje solo fue para contemplar lagunas secas.
El cambio esta en curso, el paisaje está cambiando rápidamente y los proyectos nuevos se presentan como una gran solución, aumentan los talleres y las intenciones de trabajar para solucionar, para comprender, pero sin evidencias, sin resaltar aun los ecosistemas urbanos, sin evaluar en forma más consciente todo espacio el entorno que en el caso de los playeros es continental.
Cuando veo estas graficas recuerdo más la película “No mires arriba “sobre todo cuando me invitan a talleres en horario laboral, una y otra vez desprecian información y trabajos pues la preocupación solo esta determinada en la medida del dinero comprometido por las empresas y el horario concertado por quienes dictan generalmente estos talleres o evaluaciones generalmente por evaluadores llegados desde el norte del país sin residencia en la zona, explicando la Patagonia, no así el horticultor, el biólogo o el ciudadano común como cualquiera de nosotros, que respira esta Patagonia desde que nació o la vivo por opción y corazón desde muchos años.
“Ahora solo nos queda adaptarnos”, “no todo es tan malo”, frases que escuche por autoridades en algunos de aquellos seminarios en los que me tocó asistir, pues yo digo NO, los playeros son solo unos mensajeros que nos están entregando señales que al menos a quien las quiera ver deben ser importantes no son los académicos y autoridades o nuevas empresas los que deben discutir en forma liviana, los más importantes somos los ciudadanos de a pie, los que deberíamos preocuparnos mucho más, los cambios están aumentando su velocidad y aún somos capaces de generar un cambio pero sin conocer como cambia el entorno no podremos resolver, no es posible.
Los viajeros de grandes distancias como los playeros que llegan en medio de la ciudad en un humedal urbano llamado Tres Puentes nos hablan y solo debemos mirar, observar y entonces podremos escuchar y comprender como podemos resolver mas allá del compromiso de un puñado de ecologistas que con mucho corazón trabajan regalando vida.
