La idea del anti progreso nos está enviando derechito a los 70 en la región (Columna de Pedro Montes)

12 de mayo de 2022

Desde hace un tiempo que ronda una idea tan pegajosa como europea acerca de que el progreso es una realidad que no deberían conocer los países Sudamericanos.

Se trata de algo más preocupante de lo que parece. De una manera no muy sutil esta línea de pensamiento eurocentrista nos advierte que no “sabemos lo que hacemos”, “que ellos sí saben lo que más nos conviene”. Y lo que “más nos conviene” sería no hacer nada, quedarnos tal como estamos. Como países situados por siempre en el limbo de la etiqueta “países en vías de desarrollo”, pero que no se desarrollan nunca.

De este modo, el extremismo verde, nacido y fogoneado en países como Alemania, Francia y España, instaló que es mejor ser pobre porque, en teoría, la pobreza contamina menos el planeta.

Curiosamente su mirada medioambiental no apunta a los seres humanos sino a todo lo demás. En este orden, las personas tienen el carácter de un virus.

Años de prédica verde, con condimentos sociales y new age en altas dosis, han hecho su labor en la piel de la sociedad. Hoy alguna parte de la clase política y de la ciudadanía no quiere saber nada de progreso si el progreso implica levantar un metro de tierra o avanzar sobre el mar.

La Argentina vive atada a estos extremismos insanos, por ejemplo, y Chile podría comenzar a hacerlo. Unos 4 años atrás se suspendió la construcción de una central nuclear en Sierra Grande con una inversión de más de USD 8500 millones. Sierra Grande es una comunidad que surgió a partir de la explotación de una mina de hierro que ya dejó de operar y exhibe más de un 70% de desempleo.

Mientras los trabajadores de Sierra Grande apoyaban la iniciativa, otros intereses que nada sabían de la realidad del pueblo, decidieron por ellos.

En julio de 2021 la provincia de Tierra del Fuego aprobó el proyecto de ley que prohíbe las salmonicultura en su territorio. En la zona el desempleo supera el 10% de promedio y ha llegado hasta un 20% en 2020.

Pero no se trata solo de Argentina. Estos poderes 2.0 han influido fuertemente en parte de la clase política que, en lugar de velar por el progreso, vela por una “idea” espumosa de cómo debe vivir la sociedad que los votó. Sin importar demasiado, qué opina esa sociedad.

Queda “cool” ser anti progreso cuando no tienes que irte a ganar el pan a una fábrica, al mar o a una mina de carbón. Queda cool pero es irreal.

Cuando un grupo de 50 ó 100 organizaciones ambientalistas –de corte social muy variado donde tienen cabida desde la meditación trascendental hasta el yoga pasando por el cultivo de verduras–, se oponen a un proyecto, no necesariamente representan al conjunto de la sociedad. No necesariamente tienen todos los elementos e información en su mano.

Cuando se trata de perfilar el “movimiento antisalmonero” queda en el aire la posibilidad de que quienes trabajan en las empresas del sector, realmente valoren su trabajo, sus ingresos y su estilo de vida. Pero ellos, en sí, no conforman el “movimiento pro salmoneras” sino que simplemente trabajan, se esfuerzan y seguramente sueñan.

En Puerto Natales en el último tiempo dos proyectos millonarios, que generarían cientos de empleos de calidad, fueron parados bajo una supuesta consigna medioambiental que no resiste un análisis minucioso. La ampliación de la rampa en el sector de la costanera y la construcción de una planta del sector salmonero.

Se alegó públicamente congestión del tránsito, por la primera, y presunta contaminación, por la segunda. Con este criterio será cada vez más difícil emprender en la región. Sobre todo cuando un grupo, apenas un grupo, se auto determina como defensor de “los demás”.

Y sin pensar en los demás hay sectores que imponen sus reglas del juego y nos envía derechito a los 70. Como si aquellos años “gloriosos” con 80% desempleo en Puerto Natales y miles de personas trabajando en la mina de Río Turbio, fueran un momento histórico al que deberíamos regresar solo porque entonces “no contaminábamos”.

Escrito por: Pedro Montes