Por estos días, se espera con mucha expectación el nombramiento del primer gabinete del presidente electo, Gabriel Boric Font. Como dijimos en su momento, antes de realizarse la segunda vuelta electoral o balotaje, el candidato oriundo de Magallanes tenía una posibilidad histórica de romper con el maleficio de comprobar, que desde el instante en que se comenzó a aplicar el mecanismo de la segunda vuelta, nunca el candidato que salió segundo en la primera jornada electoral, pudo revertir ese resultado.
Recordemos que Ricardo Lagos se impuso a Joaquín Lavín el 2000; Michelle Bachelet a Sebastián Piñera el 2006; el propio Piñera triunfó ampliamente sobre Eduardo Frei Ruiz Tagle, el 2010; Michelle Bachelet sobre Evelyn Matthei a fines de 2013 y Sebastián Piñera venció a Alejandro Guillier en 2017.
Esta tendencia se rompió la tarde del domingo 19 de diciembre. Gabriel Boric superó por más de once puntos al candidato del oficialismo, José Antonio Kast, estableciendo de paso, al menos dos records: su triunfo estuvo marcado por la más alta votación registrada en una elección presidencial; como asimismo, su victoria en los últimos comicios, le convierte en el Presidente más joven que asumirá los destinos de la Patria a contar del 11 de marzo próximo.
El Presidente electo deberá anunciar pronto su primer equipo ministerial. En la historia política reciente, la conformación del grupo de trabajo que inicia labores con el primer mandatario se revela fundamental para comprender la orientación y la dinámica que busca un Gobierno para emprender una buena administración.
Seguramente, varios Presidentes elegidos concitaron la misma atención. En 1958, Jorge Alessandri sorprendió con la nominación de sus ministros a quienes la prensa denominó como el “gabinete de los gerentes”. Alessandri que había llegado a La Moneda con el apoyo de los partidos Conservador y Liberal, y de un vasto sector de independientes, nombró a varios ejecutivos de empresas, ingenieros, en síntesis, gente del mundo privado, de donde pertenecía el Presidente.
En Interior sirvieron, Enrique Ortúzar Escobar, por un breve período y Sótero del Río Gundián, desde el verano de 1959 hasta el último día de Alessandri en Palacio, el 3 de noviembre de 1964. Ambos eran independientes.
Con la excepción del radical Carlos Martínez Sotomayor que ocupó el cargo desde fines de agosto de 1961 hasta mediados de septiembre de 1963, todos los ministros que sirvieron en la Cancillería fueron independientes: Germán Vergara Donoso, el ya citado Enrique Ortúzar y Julio Philippi Izquierdo.
Otro independiente, Roberto Vergara Herrera, llegó a ser tri ministro. Alessandri lo nombró en su primer gabinete en tres carteras; Hacienda, Economía y Minería.
Carlos Vial Infante, representante del liberalismo en Defensa y Jorge Saelzer, del pequeño partido Nacional Popular en Agricultura, fueron los únicos integrantes del primer gabinete que respondían a una colectividad política.
Distinto fue el caso de Eduardo Frei Montalva. Recordemos que el líder de la Democracia Cristiana venció en las elecciones del 4 de septiembre de 1964 con una mayoría aplastante, votación combinada entre la de sus partidarios, como de la Derecha, que vieron en Frei al mal menor, el último recurso para evitar el triunfo del candidato de la Izquierda: Salvador Allende.
Ya en La Moneda, Frei nombró en su primer gabinete a personeros de su partido y algunos independientes, pero a ningún político de los partidos derechistas. En Interior, a Bernardo Leighton; en Relaciones Exteriores, a Gabriel Valdés Subercaseaux; en Defensa, a Juan de Dios Carmona; en Hacienda, a Sergio Molina; en Economía, a Domingo Santa María; en Justicia, a Pedro Jesús Rodríguez; en Trabajo, a William Thayer; en los ministerios de Agricultura y Tierras y Colonización, a Hugo Trivelli. Las excepciones a la regla fueron: Juan Gómez Millas, un antiguo ideólogo del nacionalismo chileno en Educación; Modesto Collados en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, y luego, en una cartera creada por el propio Gobierno de Frei, Vivienda y Urbanismo; en Salud, al académico cercano a la DC., Ramón Valdivieso Delaunay; y en Minería, fue nominado el ingeniero, más conocido como arquero del fútbol profesional chileno, Eduardo Simián.
Tanto Alessandri como Frei soñaron con terminar sus respectivos sexenios, con la misma gente con la que se tomaron la primera fotografía en La Moneda. Esto no se cumplió de ninguna manera. Alessandri tuvo que re articular su gabinete luego del espantoso terremoto y maremoto que devastó la zona sur del país, en mayo de 1960, como también, previo a las elecciones parlamentarias del año siguiente, en que sumó a cuatro integrantes del otrora poderoso Partido Radical.
Frei, que en las elecciones legislativas de marzo de 1965 obtuvo 82 diputados de su tienda política, interpretó ese resultado como un auspicioso devenir para su administración, al igual como lo manifestó Radomiro Tomic: “Gobernaremos por treinta años”.
Nada de eso ocurrió. Frei se enfrentó a una poderosa oposición, tanto de la Derecha como de la Izquierda, pero, los mayores problemas vendrían de su propio partido; pronto, surgirían voces que exigían avanzar con mayor celeridad en el programa político de profundas reformas que propiciaba Frei.
El Presidente tuvo que efectuar contra su voluntad, numerosos ajustes y cambios en su Gobierno y pese a todos sus esfuerzos, no pudo evitar que un sector particularmente importante de su partido -donde había mucha juventud- se independizara conformando el Movimiento de Acción Popular Unitario (MAPU).