Más de 500 vehículos y una participación total de unas 2000 personas conformaron una de las mayores manifestaciones de los últimos años en Puerto Natales en defensa de la salmonicultura.
Los participantes se reunieron en el zona de Puerto Bories a unos 5 kilómetros de Puerto Natales para darle espacio a una convocatoria que se intuía masiva. Así ocurrió. Muy puntualmente los natalinos se reunieron con sus vehículos particulares, camionetas de trabajo y camiones para luego dar arranque a una histórica caravana que recorrió parte de la ruta 4 y siguió por las principales calles de la localidad.
El evento tuvo su punto de encuentro en la Plaza de Armas de la ciudad que quedó rodeada por los vehículos de todo tipo y con el sonido de las bocinas de los camiones como telón de fondo.
No faltaron las banderas, las pancartas y hasta los stickers para pegar en los celulares y computadoras. La participación y el ánimo de la gente demostró qué tan importante es hoy para los natalinos la actividad salmonera.
“Mi jefe no me mandó a marchar”, podía leerse en una de ellas. “Chile esta´a punto de perder más de 70.000 puestos de trabajo”, decía otra. “Boric no nos dejes sin trabajo”, en otra. “Greenpeace no pagará mis cuentas”, en otra sostenida por la histórica dirigente kawéskar Amil Caro.
Esto en relación a la dura campaña que lleva adelante la ONG en contra de la industria. Justamente Caro había intentado conversar con los representantes de Greenpeace cuando llegaron en el yate Witness en abril pasado pero esto no ocurrió. La tripulación optó por no dialogar con los operarios, pescadores artesanales y representantes de los pueblos originarios.
El próximo lunes se discutirá en el Congreso en el marco de la llamada Comisión Mixta si se modifica la Ley de Pesca de modo que quede excluida la salmonicultura de las zonas de reserva y si además se la impondrá un límite a las concesiones.
Los trabajadores reclaman que cualquiera de las alternativas podría herir de muerte a una actividad que en Magallanes reparte en remuneraciones más de 80.000 millones de pesos y es el principal producto de exportación de la región con unos 600 millones de dólares.
Sólo en Magallanes se perderían alrededor de 6000 mil puestos de trabajo, pero en todo Chile la cifra escalaría a más de 70.000 empleos.
Puerto Natales se puso de pie en reclamo por la posibilidad de que la industria termine siendo expulsada de sus fronteras.
“Esta marcha no la convocaron las salmoneras sino el pueblo que quiere que Natales no retroceda. La gente natalina está unida para defender su derecho laboral”, señaló a los medios Raúl Toledo, dirigente de los pescadores artesanales.
“Es muy bueno que la gente se manifieste, queremos que las autoridades se pongan una mano en el corazón porque si pasa lo de la ley hay mucha gente que quedará cesante, mientras que ahora tiene un sueldo digno y puede vivir con él”, indicó por su lado Amil Caro, representante del pueblo kawéskar.
“Estamos defendiendo la fuente laboral y acá estamos los que trabajamos en las industria, pero también los pescadores y las familias. Entendemos también que si se ponen límites a 10 ó 15 años es muy poco tiempo para la industria y no sabemos qué va a pasar realmente”, indicó Brenda Vera, gerente regional de Aqua Chile.
“Nosotros representamos a miles de trabajadores que forman parte de empresas que brindan servicios a la salmomicultura y es una fuente de empleo directa que queremos mantener, por eso estamos aquí apoyando”, dijo por su lado Farú Paredes de Asociación Gremial de Prestadores de Servicios a la Industria Acuícola de Última Esperanza AG (APSIA AG).
La marcha inició a las 14.30 y concluyó alrededor de las 17 justo enfrente del antiguo edificio municipal. En la ruta pudo observarse la imponente caravana de vehículos que abarcaba unos 4 kilómetros de distancia.
Entre los gremialistas se escuchó el comentario acerca de la ausencia de la clase política en una manifestación que figurarán entre las más importantes de la historia de Puerto Natales.
Tal vez no han dimensionado que hoy Puerto Natales debe casi la mitad de su fuerza laboral a la salmonicultura, una industria en la que Chile es líder mundial junto a Noruega.
