“Historia del Trabajo y los trabajadores en Magallanes y la Patagonia. Parte VI”. [Por Víctor Hernández Godoy]

22 de enero de 2025

Para 1933 se estimaba que la población obrera de la provincia, alcanzaba a nueve mil personas, la cual se desempeñaba principalmente, en distintas labores de la ganadería. De ese total, unos cinco mil trabajadores se empleaban en las estancias y unos, mil quinientos en los frigoríficos; otro número similar de obreros chilenos eran contratados en establecimientos ganaderos de la Patagonia argentina, mientras que, alrededor de mil trabajadores laboraban en la industria maderera.

La década del 30, se caracterizó fundamentalmente, por los trastornos derivados de la caída del gobierno de Carlos Ibáñez del Campo (26-VII-1931) unido a la convulsión política y anarquía, con las sucesivas juntas de gobierno del período de la república Socialista (1932). A fines de ese año, fue elegido Arturo Alessandri Palma como presidente de la nación, quien realizó una administración conservadora, que buscaba esencialmente, consolidar el protagonismo del poder ejecutivo que emanaba de las disposiciones de la Constitución de 1925. De esta manera, el primer mandatario, obtuvo, gracias a una ley promulgada en abril de 1933,  una serie de facultades extraordinarias que le permitieron relegar a diferentes lugares del país, a connotados dirigentes políticos cuando manifestaban ideas u opiniones, que alteraban el orden público. Así aconteció, con Salvador Allende destinado a Caldera y con el líder del Partido Comunista Elías Lafertte, enviado a Porvenir y luego a Chiloé.

Nutrida publicidad de empresas y negocios regionales en la decada del 30 del silo pasado.

En ese contexto, Magallanes iniciaba su camino como provincia y celebraba la elección de sus primeros representantes al Parlamento y a la vida comunal. En 1933 el abogado Manuel Chaparro Ruminot se convertía en el primer diputado escogido en la historia regional y dos años más tarde, se conformaban los municipios en Punta Arenas, Porvenir y Puerto Natales, con alcalde y regidores escogidos por votación popular.

A su vez, el peso de la actividad sindical recaía en los trabajadores de Última Esperanza, cuya organización continuaba operando al margen de la legalidad, motivo que sirvió de excusa a las autoridades regionales, cuando comenzó, el 13 de diciembre de 1935, la gran huelga en los frigoríficos Bories y Natales y en las estancias de Cerro Castillo y Cerro Guido, para acometer acciones represivas contra los principales dirigentes y cabecillas del movimiento.

La actividad ganadera había generado la necesidad de diversificar los negocios.

Mientras el Sindicato Ganadero de Magallanes, con asiento en Punta Arenas, negociaba colectivamente con los administradores de las sociedades ganaderas, el poderoso sindicato natalino quedaba solo en sus demandas. El 18 de diciembre, el intendente de la provincia Germán Hertz emitía una orden de arresto contra los integrantes del comité obrero del Sindicato de Campo y Frigoríficos de Última Esperanza, Manuel Villanueva, Juan Fariña y Alberto Ampuero; tres integrantes del comité de mujeres, María Vásquez, Margarita Barría y Olga López; el regidor Juan Efraín Ojeda, el director del periódico “El Esfuerzo”, Rafael González; los obreros de las estancias, Florindo Zúñiga, Juan Aguilar Collao, Juan Hernández, Horacio Lara, Francisco González, Hipólito Muñoz y Carlos Reley.

Los detenidos fueron enviados a Valdivia para someterlos a juicio, mientras otros dirigentes aunaban voluntades logrando despertar el interés nacional y la preocupación de políticos del norte del país que alegaban en el Congreso Nacional por la pronta liberación de los miembros del Sindicato de Campo y Frigoríficos. Manuel Rodríguez reflexiona al respecto:

“El Sindicato Obrero de Campo y Frigoríficos de Puerto Natales, que agrupaba a todos los sectores obreros de Última Esperanza, salió fortalecido de este conflicto, tanto por la solidaridad que logró concitar en la región, como la difusión pública que obtuvieron para sus problemas locales, en la prensa de Punta Arenas”.

En mayo de 1936 se efectuó el Primer Congreso Sindical de Magallanes, en momentos en que se fundaba en Chile, la coalición política llamada Frente Popular, amalgama de radicales, socialistas, comunistas, democráticos y la Confederación de Trabajadores de Chile.

Del mismo modo, la actividad de la Cámara de Comercio e Industrias de Magallanes, parecía vivir su mejor época. Además de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, estaban la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez Behety, la Sociedad Industrial y Ganadera de Magallanes, la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial José Montes, la Compañía Frigorífica de la Patagonia; el banco Punta Arenas y el Anglo Sudamericano Ltda., que funcionaba desde 1895.

La revista Menéndez Behety anunciaba el inicio de la industria del zorro plateado, cuya explotación se concentraba en las inmediaciones de Chabunco.

En el ámbito de los seguros, estaban la Compañía “La Polar”, “La Austral” y “Townsend & Ltda.,” En el comercio de importación y venta de artículos automovilísticos, destacaban Arecheta Hermanos, la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Sara Braun, el Garage Chevrolet de Eduardo Doberti, la agencia Nash de Fernández, el Garage Rosier, y el Garage Chrysler de Camelio y Cía Ltda.

Entre las tiendas de textiles y vestuario, se hallaban Montecinos de Neira, Stubenrauch y Cía., “A la ciudad de Nápoles”, de Cosme Nocera, Barassi Hnos., la casa Jacobs, la tienda y sastrería de Genaro Foschino y Sonatore, la casa de Gligo Hermanos, la casa Oriental, A la ciudad de Pekín, la peletería de José Kramarenko, la feria El Cóndor y la feria El Zorro, de Bartolomé González Vásquez.

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, escritor, columnista, historiador.