La empresa petrolera Greenpeace inició una demanda millonaria contra la ONG Greenpeace después de que un grupo de activistas abordó en enero pasado sin autorización uno de sus buques de carga de combustible.
De acuerdo a información de la agencia Reuter la demanda se eleva a los USD 2,1 millones.
Los ecologistas abordaron sin permiso el buque Penguins FPSO cerca de las Islas Canarias después de perseguirlo en embarcaciones menores para finalmente amarrarse a la estructura y subir mediante cuerdas.
“Abordar un barco en movimiento en el mar es “ilegal y extremadamente peligroso”, indicó un portavoz de Shell. “El derecho a protestar es fundamental y lo respetamos absolutamente. Pero debe hacerse de forma segura y legal”, consignó la agencia de noticias refiriendo el contacto vía mail que tuvo con portavoces de Shell.
Los activistas se encontraban protestando en contra de las perforaciones petroleras que se llevan adelante en la costa atlántica del norte de Africa, se informó.
“Los daños y perjuicios que Shell busca incluyen costos relacionados con retrasos en el envío y gastos de seguridad adicional, así como las costas procesales”, indica el documento visto por Reuters.
“La demanda es una de las mayores amenazas legales contra la capacidad de la red Greenpeace para hacer campaña en los más de 50 años de historia de la organización”, señaló Greenpeace en un comunicado.
El hecho recuerda el caso del velero Witness de la misma ONG que viajó en abril por los fiordos patagónicos con el propósito de reclamar ante la presencia de la salmonicultura en los llamados canales del sur.
Entonces los integrantes de la embarcación tomaron imágenes con drones y estuvieron recorriendo el interior de zonas concesionadas. Esto a pesar de que los responsables del área les solicitaran salir del sector y de las claras violaciones que se cometían contra los procesos de cultivo.
Aunque el velero sólo tenía un permiso para realizar turismo, los tripulantes del Witness utilizaron drones y cámaras para registrar su paso y hacer recopilación de información vinculada a la industria. En costas de Inglaterra y Escocia estos movimientos han sido denunciado como tareas de espionaje.
“Según informan sitios especializados, el Witness -un velero oceánico con analizadores acústicos a bordo- intentó acercarse a la zona donde operan los buques BGP Prospector, Geo Service I y el remolcador Candela S. La embarcación se alejó del lugar sin mayores inconvenientes con dirección al puerto de Montevideo”, indica el sitio Sector Energético en un artículo titulado “Prefectura logró disuadir un velero de Greenpeace que navegaba hacia la zona CAN-100”.
Luego de su recorrido por los fiordos el Witness recaló en Puerto Natales donde se encontró con una protestas de trabajadores del salmón. Los tripulantes decidieron no bajar para conversar con los representantes gremiales y finalmente acortaron su viaje por Magallanes para dirigirse hacia la Argentina.
