Fonasa, un daño colateral [Columna de César Ríos Hernández]

5 de febrero de 2022

Nuestro país esta viviendo al igual que el resto de la población mundial una pandemia catalogada y cíclica parecida a la gripe española, la diferencia radica en la tecnología con la que se cuenta hoy en día, la que permite en un tiempo récord identificar posibles variantes y generar vacunas.

Dicha pandemia trae consigo olas de ataque en distintas áreas geográficas y climáticas, Europa por ejemplo hoy en día vive su peor momento y Chile se ha transformado en su espejo, no obstante, nos encontramos en escenarios económicos, sociales,  políticos y culturales distintos.Esta pandemia tiene una particularidad especial para nosotros, esto, por  tratarse de que estamos en un país en vías de desarrollo (tengo 44 años y siempre he escuchado que estamos en “vías de desarrollo” nos parecemos ya a Moisés caminando por el desierto donde algún día llegaremos a tierra prometida )

Esta deficiencia como país en vía de desarrollo, hizo que el Covid mostrara nuestro sistema de salud, como un sistema vulnerable y colapsado, tanto en lo referente a infraestructura como de capital humano.

Nuestra amada Región de Magallanes no está exenta de este fenómeno sanitario, estamos viviendo de nuevo un  explosivo aumento de casos en plena época estival, probablemente volveremos a tener un hospital regional colapsado lo que conlleva a un daño colateral, un daño para aquellas personas que productos de otras patologías crónicas o de urgencias debieron, deben y deberán  ser postergadas en lo que respecta al tratamiento de sus patologías,  sus intervenciones medicas como sus atenciones,  porque la prioridad en materia sanitaria sigue siendo esta  pandemia.

Nuestros hospitales y clínicas han sabido manejar la situación, por un lado, la Clínica Magallanes y el Hospital Naval se encargan de cubrir este espacio de atención de otras patologías no asociadas al COVID, lo que podría generar también en un colapso de su sistema de atención hospitalaria, si es que ya no están sobrepasados.

No obstante, debemos felicitar la organización entre hospitales y clínicas de la región, quienes están atendiendo otras patologías derivando los casos COVID al Hospital Regional, esta organización ha permitido que el foco epidemiológico sea atendido en una sola parte liberando tanto a la Clínica Magallanes como al Hospital Naval.

Pero acá viene lo mas grave, los CESFAM que son los encargados de “Proporcionan cuidados básicos en salud, con acciones de promoción, prevención, curación, tratamiento, cuidados domiciliarios y rehabilitación de la salud; y atienden en forma ambulatoria”, también están colapsando a pesar de estar a cargo de la salud primaria, sus números de atención han aumentado y sus horas para especialistas se han aplazado en el tiempo.

¿Se preguntarán que es lo grave?  Lo grave es el daño colateral que produce la pandemia, por ejemplo, en materia de salud, podemos observar la postergación de atenciones médicas de enfermedades crónicas alargando la lista de espera para intervenciones quirúrgicas y atenciones propias de la enfermedad.  Pero estos temas no se pueden corregir de un día para otro, lamentablemente frente a un hecho pandémico debemos actuar de manera reactiva, lo que permite que estemos en etapas de ensayo y error.

Pero hay un hecho que me llama profundamente la atención, que se puede observar en atenciones particulares en centros médicos y clínica. La mayoría de los doctores no atiende por FONASA, esto no deja de ser menor puesto que, si consideramos que, Según DEIS de fecha 2020 señaló que la: “Población asegurada e inscrita de Fonasa al término del año 2019, la cantidad de asegurados y aseguradas al Fondo Nacional de Salud fue de 14.841.577 personas en todo el país. Esto representa un 78% de la población nacional según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas a partir del Censo de población del año 2017. Del total de su población asegurada, 12.966.079 (87,4%) de ellos se encontraron inscritos en uno de 1.890 establecimientos de salud primaria. Si bien este es un alto porcentaje de asegurados inscritos, también hubo 1.875.498 asegurados que no se inscribieron. Esta es una importante cantidad de asegurados y aseguradas que tendrán dificultades para acceder a la atención primaria.”

Para el caso de nuestra región, el porcentaje de personas en calidad de asegurados de Fonasa corresponde al 88,5% de la población, si observamos de acuerdo con el último Censo del 2017 en la región hay una población de 165.593 habitantes.

Hagamos un ejercicio básico relativo al calculo que nos entrega DEIS para Magallanes: si un 88,5% de la población de Magallanes están afiliadas en Fonasa, eso quiere decir, que, por simple regla de tres, que Magallanes tiene 146.550 habitantes dentro de sistema público de salud Fonasa.

Ahora viene el análisis subjetivo,  que se puede diferir de esto, como mencioné con anterioridad la mayoría de los doctores y médicos de la región no atienden a pacientes bajo filiacion Fonasa, lo trágico de este capricho es que esa persona, la cual perdió su hora medica por la pandemia, que se agravó su estado crónico de salud, no será atendida si está afiliada al sistema público, deberá cancelar la consulta de manera particular y después acudir a las oficinas de Fonasa para lograr un reembolso de lo pagado en consulta, con todas las trabas administrativas y burocráticas que caracteriza a dicha entidad.

 ¿Pero que pasa con aquella persona que no cuenta con el dinero para pagar de manera particular la consulta y después solicitar el reembolso?, quedan en un estado de perdida del derecho a la salud digna, puesto que, quienes llevan en su formación profesional (doctores y médicos) el juramento Hipocrático, olvidaron lo esencial de su ejercicio “Ejercer vuestro arte con conciencia y dignidad. Hacer de la salud y de la vida de vuestros enfermos la primera de vuestras preocupaciones.”

Para concluir me atrevo osadamente en señalar que, la gran mayoría de los doctores y médicos chilenos estudio con crédito fiscal y si no lo hizo, por lo menos su especialidad fue pagada por el Estado.

Pido entonces que vuelvan a la esencia que los formó, vuelvan a pensar en el otro, vengan a servir al Estado, pero no vengan a servirse de la salud de la mayoría de la población que opto por una condición económica, la cual se ha vuelto más vulnerable en crisis pandémicas en afiliarse a Fonasa.

Escrito por: César Emilio Ríos Hernández, Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas