Finalmente, la dictadura gay (Columna por Boris Cortés)

13 de diciembre de 2021

Muchos crecimos con la idea de que no podríamos formar una familia por mas que quisiéramos, fuimos educándonos en un sistema diseñado por y para heterosexuales; Hace unos días, el país dio un paso gigantesco en cuanto a derechos civiles, un paso tardío pero que no deja de ser una tremenda señal de un cambio político, social y cultural en Chile. Hoy las disidencias representadas e integradas por el movimiento LGTBIQ+ pueden decir que el estado reconoce su derecho a casarse independiente de su preferencia sexual.

Este tan anhelado matrimonio igualitario no es otro caso que un contrato civil en donde dos personas del mismo sexo pueden optar a los mismos derechos que posee una pareja heterosexual. Si existe una figura a la cual se le debe mucho dentro del colectivo homosexual chileno es, sin duda, Pedro Lemebel. A quien el año 2011 interpelaron en una entrevista por el matrimonio igualitario, a lo cual respondió: “Que se casen con el gato si quieren… Se pueden enamorar, convivir, amancebar y pueden adoptar hijos o mascotas, pero más que repetir la ceremonia nauseabunda de la boda, debe existir un universo cambiante, múltiple, trans, libertario y diferenciado”. Lemebel creció en otro Chile, en ese Chile en donde nos perseguían, mataban y hablaban del “cáncer gay”. En ese Chile donde gobernantes y miembros prominentes de la política nacional se juntaban con sacerdotes a un almuerzo dominical después de haber asistido a la misa. Hablar de matrimonio sin pensar en el rito eclesiástico era difícil en esa época.

Hoy por hoy, muchas generaciones sucesivas al fallecimiento de Edmundo Rodríguez podemos decir que este matrimonio no es para casarnos de punta en blanco atravesando el pasillo central de la catedral, no es para buscar la bendición de un sector que creer tener una superioridad moral, no es para instalar la “dictadura gay” que mencionaba en el 2017 el actual candidato presidencial Jose Kast.

Una de las tantas cosas que se pueden rescatar del colectivo LGTBIQ+ , es que hacemos propia las palabras con las que nos atacan. Colas, primas, camionas, hueco, fleta, marimacho, colipato y podrías escribir varias líneas mas pero a lo que quiero llegar es que hare propio el concepto de “dictadura gay”. Si para el candidato de extrema derecha la “dictadura gay” consiste en mas derechos y oportunidades de desarrollo personal y también familiar para las personas que deciden amar a alguien del mismo sexo,  entonces, sí señores. Finalmente la dictadura gay llego y es ley.

Escrito por: Boris Cortés