Fiestas Patrias en la Colonia de Punta Arenas. [Por Víctor Hernández Godoy]

16 de septiembre de 2022

Es una de las preguntas más difíciles de responder porque en primer lugar, disponemos de poca información que sirva para verificar lo que aconteció en Magallanes con las celebraciones dieciocheras en el siglo XIX.

Recordemos que la prensa escrita comienza a despuntar en el austro con la aparición de “El Magallanes”, fundado el 7 de enero de 1894, que en su primer año de vida tuvo carácter de semanario.

Varias anécdotas circularon por mucho tiempo y que nos graficaba dramáticamente nuestro aislamiento. Con respecto al Presidente Federico Errázuriz Echaurren se conocen al menos dos, y tienen que ver directamente con el 18 de septiembre. La elección presidencial en 1896, se conoció en Magallanes por medio de periódicos provenientes de Buenos Aires y Montevideo que dejaban los vapores cuando recalaban en los pequeños muelles de Punta Arenas. A su vez, su muerte, acaecida el 12 de julio de 1901, se conoció en el austro once días más tarde. No olvidemos, que Errázuriz Echaurren fue el primer mandatario en visitar Magallanes para sostener un encuentro con su similar argentino, Julio A. Roca, el 15 de febrero de 1899, a bordo del crucero chileno O´Higgins, encuentro que muchos historiadores denominan eufemísticamente como “El abrazo del Estrecho”. Era la época en que los Presidentes de la República asumían y dejaban sus cargos precisamente, un 18 de septiembre.

Algunos libros y memorias de gobernadores nos ayudan a recrear algunos episodios acontecidos en el siglo XIX en los albores de Magallanes. Por ejemplo, en el “Diario de la goleta Ancud” (1901) de Nicolás Anrique nos enteramos que:

“El 18 de Setiembre, día de aniversario de la independencia de la República, al rayar el sol llamé, dice el capitán Guillermos, toda la tripulación sobre cubierta arbolando el pabellón nacional por primera vez en estas rejiones, haciendo una salva de 21 cañonazos con el cañón que llevaba montado i acompañado con los entusiastas vivas de la tripulación. Hice repartir entre ella un poco de vino para celebrar el día, oyéndose brindis mui entusiastas por S.E. el señor Presidente de la República, los señores ministros de Estado i el señor intendente de Chiloé”.

Aunque el Fuerte Bulnes quedó establecido el 30 de octubre de 1843, sólo conocemos vestigios de celebración de Fiestas Patrias por la existencia de algunos textos, entre ellos la “Monografía de Magallanes” (1945) del sacerdote salesiano Lorenzo Massa. En la página 214 leemos:

“Al hacerse cargo de la Gobernación del Estrecho el Coronel José de los Santos Mardones, se propuso dar a las fiestas patrias todo el brillo y solemnidad compatible con el estado de pobreza y aislamiento en que se vivía en el Fuerte Bulnes. A ello obedecen las disposiciones que dictó unos días antes del dieciocho de Septiembre de 1847. El número que debía entonar los festejos era el de la mañana, la celebración de una Misa y Tedéum en la Capilla de la Colonia. El P. Passolini correspondió plenamente a las aspiraciones del Sr. Mardones, alhajando en la mejor forma posible la humilde Colonia”.

José Perich Slater, en su trabajo “Historia del deporte en Magallanes” (1994) se refiere al Gobernador Benjamín Muñoz Gamero quien escribe una carta a su amigo César Vicuña, en que dio cuenta de las actividades celebradas en 1851:

“El programa tuvo como base popular el deporte hípico o ecuestre. La calle María Isabel (Magallanes) fue la pista de las carreras y pruebas realizadas: levantamiento de pesas, competencias pedestres, tirar la cuerda, rayuela y pruebas gimnásticas. Como juegos típicos, carreras de ensacados, y la persecución de un cerdo con la cola encebada”.

Perich asegura que en esa carta, Muñoz Gamero le confiesa a Vicuña: “Sé que en Valparaíso no hubo festejos patrios, pero aquí en Punta Arenas los hubo durante tres días”.

Robustiano Vera en la página 133 de su valioso estudio “La colonia de Magallanes i Tierra del Fuego” (1897) nos remite a las festividades en la época del Gobernador Jorge Schythe y señala:

“El aniversario de la Independencia de ese año 1855, lo celebró allí como era de costumbre, es decir, con misa cantada, salva mayor, regatas i baile en dos noches seguidas, sin haber desorden alguno”.

José Perich nos recuerda que con motivo de conmemorarse el sexagésimo aniversario de la declaración del 18 de septiembre de 1810, se realizaron competencias de carácter popular, como pruebas atléticas, carreras a caballo y un campeonato de chueca, el juego mapuche.

Para tal efecto, los confinados del cuartel confeccionaron bastones. Las pelotas fueron obtenidas de las boleadoras de los indígenas tehuelches (aonikenk). El certamen se organizó en el perímetro comprendido entre calle Ecuatoriana (Ignacio Carrera Pinto) por el norte, Valdivia (José Menéndez) por el sur; Chiloé al oriente y Libertad (Avenida España) al poniente. Perich termina diciendo:

“El día 19 se entregaron premios frente al cuartel (ubicado donde hoy está el Teatro Municipal) participando en el acto la esposa del Gobernador, doña Mari Luisa Cabero. El Gobernador, vestido a la usanza huasa, llevaba un poncho blanco con ribetes tricolores. Igualmente oficiales de la artillería de marina cooperaron premiando a los participantes”.

Durante la administración de Diego Dublé Almeida (1874-1877) surgieron para estas fechas, los juegos de Rayuela y de la Taba, que tuvieron gran aceptación en la Colonia.

Nos queda la impresión que la conmemoración de las Fiestas Patrias, es el llamado sincero que nos hacen desde el centro del país para decirnos que pese a todo, todos somos chilenos y patriotas. Es un mensaje de unidad. Nosotros en cambio, preferimos recordar nuestra infancia cuando celebrábamos con nuestros amigos, las puertas de las casas del barrio se abrían, y aparecían las empanadas hechas por los vecinos y el sonido de la cueca invadía un Punta Arenas, que parecía sobrecogerse con los vientos que anunciaban la llegada de la primavera.

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, escritor, historiador.