En los últimos días hemos conocido varias encuestas relacionadas con el proceso constituyente , en las cuales se destaca un creciente aumento de personas que estarían por el rechazo al texto elaborado por la Asamblea Constituyente. Sin duda alguna se encendieron las alarmas especialmente en muchos sectores políticos y sociales que han manifestado siempre opinión favorable por contar con una nueva constitución, que en definitiva responda más adecuadamente a lo que significa Chile en el siglo XXI.
Al mismo tiempo, no deja de sorprender que se efectúen consultas relacionadas con la nueva constitución, cuando aún no hay un texto concluyente y no conocemos en detalle los contenidos . Por lo mismo , no han terminado el trabajo que debería acabar en una propuesta constitucional definitiva . Por esa razón las personas que han respondido las consultas efectuadas lo hacen con algo que no está terminado o lo han hecho por un texto que se conoce sólo en forma fragmentada , del cual solo advertimos las discusiones profusamente difundidas por los medios de comunicación y que dan cuenta parcelada e interesada en algunos casos de posiciones minoritarias a uno y otro lado del espectro político , por quienes interesadamente quieren que su rechazo sea en definitiva la opción mayoritaria.
Reitero, no deja de llamar la atención que intencionalmente se lleve a estas consultas en una dirección , en que de verdad se manifiesta opinión por otras consideraciones políticas , que no guardan relación con lo que debiera ser una nueva constitución. Terminan pronunciándose por la marcha del país , por el tema de la araucanía , por la económica y cuanto hay.
Sabemos algo cierto y concreto , los chilenos queremos una nueva constitución , así lo manifestamos con un casi 80 por ciento respaldo , por lo que llegar a un texto final que considerara todas las posiciones sabíamos que sería muy complicado , sobretodo en una época en que la crispación en la acción política ha sido una tónica generalizada. Sumado a lo intrincado que hoy significa acordar cambios , es una tarea difícil, de ahí que se determinó que la concordancia en los textos se deben cuantificar con más de dos tercios de los votos de los convencionales .
Que duda hay la convención ha tenido problemas , hacer cambios es siempre difícil y cualquier hecho que acontezca en el interior de la Convención impactaría en las personas. También se sabe que la propuesta constitucional no tendrá el mismo respaldo que tuvo el apruebo , por lo mismo para quienes están por una nueva constitución saben que el objetivo no puede estar en ganar por poco . Eso le restaría fuerza a lo que debiera ser su puesta en marcha . Si bien las realidades son distintas , la Constitución del año 1925 no contó con más respaldo ciudadano que la que le dan las encuestas hoy a este proceso . Claro está que quienes eran considerados como votantes fueron considerablemente muchos menos, pero vale como dato.
Aclaro, no estoy diciendo que no pongamos atención en las encuestas, pero también y lo reitero están midiendo otras cosas , muy distintas a lo que está haciendo la convención o a lo que algunos pretenden que se conozca. Aquí hay interesados a uno y a otro lado de que las cosas no resulten . Normalmente escuchamos en los medios , en muchos casos , no lo que finalmente se resuelve , sino el proceso de discusión de agendas personales , de grupos que con expectativas muy minoritarias quieren aparecer ante la opinión pública como los que cuentan con la razón y el respaldo. No se puede direccionar la opción en la personas simplificando un trabajo que si bien no ha sido fácil , su resultado es mayoritario al momento de incorporarlo en el articulado a proponer como texto definitivo .
Ahí hay un trabajo que la propia convención no ha hecho adecuadamente , que es aclarar muchas de los puntos acordados, consensuados y votados por la mayoría. Siempre hay sectores que cuando su postura no cuenta con respaldo , siembran la duda y anuncian como terrible el camino elegido.
A las encuestas le entregó un valor , es un dato a considerar , pero también tengamos en cuenta que no es lo mismo opinion publica , con la opinión que se publica y que interesadamente se destaca en muchos medios de comunicación .
Lo importante en los últimos días ha sido conocer la preocupación del Presidente de la República Gabriel Boric al respecto , considerando que posee un gran liderazgo, más allá de su coalición. No olvidemos que concurre valientemente al acuerdo del 15 de noviembre . Su opinión debería ordenar el debate sobre lo importante, lo necesario, lo trascendente y lo que en definitiva debiera ser esta nueva constitución.
Aquí no se resolverá por la marcha del gobierno , por el quinto retiro o temas propios de la contingencia . Se deberá convenir como en los más de 160 artículos que ya se han escrito y que deberán dar cuenta de lo que en definitiva vamos a cambiar y de todo aquello que nos llevó a cuestionar la institucionalidad en su conjunto en octubre de 2019 .
No es , en resumen , borrar todo de un zarpazo , sino los chilenos en su conjunto tenemos que comenzar a reconstruir la confianza de las personas en sus instituciones y que debiera ser la aspiración de todo país que se precie como una democracia plena .