Esperanza [Columna de José Benítez Mosqueira]

26 de diciembre de 2021

Las fiestas de diciembre marcan el fin de un ciclo y el comienzo de otro, nuevo y renovado, que está cargado de expectativas.

Así lo entiendo yo al menos, que por estos días paso lista a lo que prometí hacer durante este año que nos deja.

Confieso que una parte importante de la tarea no se cumplió.

Las razones del fracaso son de variado tipo; una de ellas, no siempre lo que uno se propone encuentra tierra fértil para sembrar. Y otra, la incapacidad propia de los seres humanos para sacar adelante todo lo que nos proponemos.

Admiro a quienes les resulta fácil.

No es mi caso.

Aun así, miro con esperanza el futuro que se abrirá en menos de una semana.

Y cómo no hacerlo, si las señales que me llegan son alentadoras.

Parto de la base que la mayoría de chilenas y chilenos comparte el diagnóstico de que es necesario levantar los cimientos de un nuevo país, más justo, diverso y solidario.

Que el Chile que tenemos en la actualidad no da para más.

De ahí que desde el triunfo épico del magallánico Gabriel Boric, hemos sido testigos de una serie de acciones simbólicas, que denotan la importancia de los gestos republicanos, tan manoseados habitualmente, pero que rara vez llegan a la ciudadanía como en las últimas jornadas.

El presidente electo se dirigió a su pueblo desde el mismo sitio que 51 años antes lo había hecho Salvador Allende Gossens y la Alameda se abrió para recibir a la gente que exige desde el estallido social sentirse parte de un proyecto que le permita soñar, tan simple y tan complejo como eso.

De ahí que el joven puntarenense que escala los cipreses de Avenida España para ver desde ahí el mañana, declarara en su discurso inaugural que se para sobre hombros de gigantes para cumplir el mandato que le entregó el pueblo.

Esa es una sabia decisión, recoger la experiencia de otros y otras, pero con sentido de realidad y urgencia. Creo que el presidente Boric y su equipo más cercano tienen claridad sobre lo que deben hacer y a quienes deben convocar para avanzar.

También me gustó escucharlo decir que espera no ser idealizado.

“Siento que hay un viento de cola muy positivo y hay muy buena recepción de la gente”, subrayó.

Y tras cartón, reflexionó: “Todos los que trabajamos en este equipo somos seres humanos que estamos expuestos a equivocarnos, por lo tanto, es importante que todos sepan que daremos lo mejor de nosotros, pero creo que es importante no idealizar a nadie y en eso obviamente que me incluyo”.

Otro estilo.

Es la esperanza que da un presidente joven, inserto en el mundo real, cercano a los niños, respetuoso de las diversidades, cariñoso con las mascotas, que se vacuna en el gimnasio municipal de San Miguel y sueña con caminar por el centro para ir a su oficina en La Moneda.

Cuídate, Gabriel. La ultraderecha está al acecho. No han superado las dos espléndidas derrotas que les infligió el pueblo organizado en menos de un año, con un lápiz, en paz y con alegría.

Cuídate de las invitaciones maleteras para hacerte cómplice de las malas decisiones que ha tomado el desgobierno en el plano internacional.

Presidente Boric, ya lo dijo Silvio Rodríguez en “El necio”:

“Me vienen a convidar a arrepentirme/Me vienen a convidar a que no pierda/Me vienen a convidar a indefinirme/Me vienen a convidar a tanta mierda”.

Huye de las trampas que pondrán una y otra vez en tu camino para hacerte tropezar.

Camina con la gente.

Esa es la esperanza y propósito de millones de personas para el nuevo año.

Escrito por: José Benítez Mosqueira, periodista.