Esos locos años veinte, cuando se reclamaba el derecho a voto a las mujeres [Columna de Manuel Rodriguez]

11 de enero de 2022

Una larga batalla histórica da forma a la incorporación de la mujer a la ciudadanía plena en Chile. La conquista política del voto femenino comienza en las primeras décadas del siglo XX, siguiendo una corriente socio-política y cultural feminista de alcance mundial.


La cuestión del derecho a voto de las mujeres fue motivo de numerosos debates desde la década de 1920. La historia oficial ha pretendido instalar el concepto que habría sido la oposición de los partidos anticlericales, liberales y de izquierda la que frenó el logro del derecho a voto de las mujeres en Chile, debido a la tendencia supuestamente conservadora del electorado femenino.


Sin embargo, las primeras formas de feminismo en el Chile de fines del siglo XIX y principios del siglo XX se inscriben también en una orientación progresista, liberal, marxista y/o anarquista, que se desarrolló en el país y que reclamaban el derecho a voto de las mujeres, leyes de protección de la maternidad, igualdad civil para ambos sexos, sufragio universal y ley de divorcio, como planteaba -por ejemplo- el naciente Partido Obrero Socialista en Magallanes en 1912.
En el periódico “El Socialista” de Punta Arenas, se escribían artículos donde se criticaba la doble moral de la prensa de la época, cuando se encontraba un niño abandonado en la calle, que denostaba a la ”mala madre” soltera, obrera y pobre, pero guardaba cínico silencio por el padre rico, católico y adinerado, que la había dejado embarazada, sin hacerse cargo de su responsabilidad paterna.


A finales del siglo XIX comenzaron las primeras manifestaciones feministas en Chile, surgió el movimiento obrero de mujeres en centrándose en la ciudad de Valparaíso con la creación de la Sociedad de Unión y Fraternidad de Obreras (1890), el primer sindicato de mujeres obreras, gremios femeninos que se extendieron posteriormente en todo Chile, al tiempo que se expanden hasta Iquique y Antofagasta donde Eloísa Zurita asumió la dirigencia de este sindicato. En este período entre los siglos XIX y XX, las mujeres comenzaron a acceder en las universidades y el mundo de las profesiones.


En los años 20, mujeres y líderes anarquistas y comunistas como por ejemplo, Belén de Zárraga y Teresa Flores, pareja de Luis Emilio Recabarren, impulsaban el derecho a voto de la mujer, como una conquista de la clase trabajadora, mediante la formación de Centros Femeninos Anticlericales. El feminismo obrero cumplió un rol importante en la educación y la salud de las mujeres trabajadoras, con la creación de escuelas nocturnas y otras iniciativas dirigidas a crear conciencia de clase y conciencia política entre las mujeres.

Escrito por: Manuel Luis Rodríguez U. columnista.