Elite es también una marca de papel higiénico [Columna]

9 de mayo de 2021

La elite es una minoría selecta, es un número reducido de familias, personajes y figuras rodeadas del prestigio de pertenecer a una clase social reconocida o percibida como superior.

La palabra castellana «élite» proviene de la palabra francesa élite, que proviene del latín eligere («elegir» o «seleccionar»).   Se supone y se asume que la elite está llamada a fijar y dar el ejemplo de ética pública y privada, a dictar los cánones de los valores y principios que son dignos de seguir. 

El estadounidense C. Wright Mills definió a mediados del siglo XX élite, en un sentido sociológico: un grupo relativamente pequeño que controla las principales empresas, la política y el ejército.   En la historia del pensamiento social las elites han sido estudiadas desde la antigüedad, a partir de conceptos de sabiduría y virtud. Hacia fines del siglo XVIII y a comienzos del XIX, el concepto de élite adquirió relevancia. La aparición del término élite en el francés, está íntimamente relacionadacon los ideales republicanos, en tanto el concepto simboliza la demanda de que quienes ejercen el poder deben ser escogidos «por sus virtudes y sus méritos» y no solo por su origen familiar.

Siguiendo esa lógica, en Chile la élite estaría constituida por ese sector social compuesto por familias y redes de familias dotadas del poder y el control de las grandes empresas y la economía, de las riendas claves de la política, de la oficialidad de las fuerzas armadas y del alto clero de la iglesia católica. No se trata de una enumeración exhaustiva. 

Históricamente, muchas de las familias que componen esa elite, encuentran sus raíces genealógicas en la época de la colonia, cuando algunos inmigrantes españoles y europeos se radicaron en el Reyno de Chile.  

Inmigrantes, todos fueron inmigrantes, dicho sea de paso.

Al momento de la independencia en 1818, el elenco de las familias criollas patriotas y de los españoles monarquistas,que construyeron la República, heredaban sus títulos y su poder de sus primeros ancestros europeos radicados en Chile.   Sólo desde fines del siglo XIX los hijos del pueblo y de las clases medias lograron penetrar en los salones del poder. 

Pero al observar en el presente, la diversidad de apellidos y familias de la así denominada elite chilena, tienden a manifestarse asociados a los sectores más conservadores de la política. Conservadores y liberales han gobernado Chile desde 1818 hasta hoy, durante largos decenios, luchando por mantener sus privilegios y conservar su poder, con el mismo apasionamiento que carrerinos y o’higginistas y pipiolos y pelucones se disputaban en el siglo XIX.

La elite, a diferencia del pueblo y de las clases medias, está expuesta a la crítica, el aplauso y la opinión del público, porque ellos gustan de exponer sus vidas y sus creencias ante el público.  

Pero, la historia tiene sus vaivenes. Durante este siglo XXI, la denominada elite chilena ha quedado expuesta y a veces sancionada por los tribunales, en los numerosos casos de colusión de empresas, elusión tributaria, sobornos y corrupción en la política, fraudes millonarios al Fisco y crímenes de lesa humanidad, de manera tal que la palabra elite ha quedado manchada por el descrédito ciudadano y la vergüenza pública. 

Escrito por: Manuel Luis Rodríguez U. Centro de Análisis de Política y Prospectiva.