El significado del 4 de septiembre [Por Víctor Hernández Godoy]

3 de septiembre de 2022

En varias ocasiones nos hemos referido a esta fecha del año y de su valor histórico en el derrotero de la política nacional. En 1811, José Miguel Carrera clausuraba el primer Congreso Nacional, que como sabemos, se había inaugurado dos meses antes: un 4 de julio.

Sin embargo, fue en el transcurso del siglo XX cuando diversos acontecimientos políticos hicieron que el 4 de septiembre pasara a la historia como una fecha repleta de simbolismo, tanto para nuestros antepasados, como para antiguas generaciones de miles de chilenos.

En 1924 oficiales militares protestaron enérgicamente en el Congreso Nacional en Santiago, por los bajos salarios que percibían, en los precisos momentos en que los parlamentarios votaban una ley de estipendio, que buscaba asignarle sueldos a los congresales de aquel período.

El episodio fue conocido como “Ruido de sables” y ocasionó una gran conmoción pública. En los días siguientes, el Parlamento accedió a promulgar casi todos los proyectos presentados por el Ejecutivo, encabezado por el primer gobierno de Arturo Alessandri Palma, y que permanentemente habían sido bloqueados en ambas cámaras.

En lo que para muchos es una mera coincidencia histórica, una semana más tarde, un 11 de septiembre, los militares disolvieron el Congreso y el Presidente Alessandri hizo uso de un permiso constitucional para ausentarse del país. El hombre sabía que esos mismos militares promoverían su retorno, lo que finalmente ocurrió el 23 de enero de 1925.

A su regreso, Alessandri pudo llevar a efecto su mayor proyecto político: derogar la vieja carta constitucional de 1833. Se nombró una especie de asamblea constituyente y así, un 25 de mayo comenzó a regir la Constitución de 1925, que rigió la vida del país, hasta la mañana del 11 de septiembre de 1973.

Aquel documento establecía que en el caso de fallecer el ciudadano Presidente de la República en el ejercicio del poder, en un plazo que no excediera a los noventa días, debía efectuarse una elección en todo el país para determinar al nuevo Presidente de la Nación. Es lo que había acontecido el 25 de noviembre de 1941 cuando murió Pedro Aguirre Cerda. El 1 de febrero de 1942 se produjo el plebiscito en que triunfó Juan Antonio Ríos Morales, quien falleció a su vez, el 27 de junio de 1946.

Se decidió entonces, celebrar comicios presidenciales un 4 de septiembre de aquel año. Desde entonces, aquella fecha fue la escogida y que se recuerda como el día de las elecciones en Chile.

Ese 1946, triunfó el candidato del Partido Radical, Gabriel González Videla, quien se impuso a los dos contendores que presentó la Derecha: Fernando Alessandri, del Partido Liberal y el abanderado del Partido Conservador y otros grupos social cristianos, el médico Eduardo Cruz Coke, y al líder del sindicalismo Bernardo Ibáñez Águila.

El 4 de septiembre de 1952, venció el candidato independiente y ex Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo que superó al representante de la Derecha, Arturo Matte Larraín, y al postulante del oficialismo, Pedro Enrique Alfonso. Esta elección es recordada además, porque en ella por primera vez votaron las mujeres y, también, porque señaló la primera tentativa presidencial de Salvador Allende Gossens, que llegó cuarto entre cuatro candidatos.

En 1958 venció el ingeniero civil Jorge Alessandri Rodríguez, apoyado por los partidos Conservador y Liberal. En una estrecha votación, se impuso al candidato de la izquierda Salvador Allende. Más atrás, quedaron Eduardo Frei Montalva con la recién constituida Democracia Cristiana; Luis Bossay Leiva, con su Partido Radical y el llamado cura de Catapilco, Antonio Zamorano Herrera, que finalizó último.

Para 1964, se produjo un hecho político singular. En marzo había conquistado un escaño en la Cámara de Diputados el médico socialista Óscar Naranjo Arias, quien obtuvo su triunfo en la zona de Curicó, considerada tradicionalmente como un baluarte de la Derecha. Esto provocó el apoyo político de aquel sector al candidato demócrata cristiano Eduardo Frei que se impuso con holgura a Salvador Allende y, a Julio Durán Neumann.

En 1970 se realizaron las míticas elecciones en que logró la primera mayoría, después de cuatro postulaciones fallidas, el líder de la combinación política de izquierda conocida como Unidad Popular, el médico Salvador Allende.

Recordemos que la Constitución de 1925 señalaba que si ningún candidato obtenía el 50% más uno de los votos, el Congreso Pleno elegiría al Presidente entre las dos primeras mayorías.

Así aconteció en 1946, cuando Gabriel González Videla que había obtenido poco más del 40% del voto popular, contra el 29% y fracción de Eduardo Cruz Coke, recibió en el Congreso 138 sufragios contra 46 de Cruz Coke.

Distinta fue la situación en 1952. Ibáñez del Campo, que había logrado casi el 47% de los sufragios, sólo necesitaba la confirmación del Congreso, lo que efectivamente ocurrió. En el Parlamento consiguió 132 votos (91%) contra 12 de Matte Larraín (8.33%).

La elección de 1958 es recordada como una de las más estrechas de la historia de Chile. Jorge Alessandri venció en las urnas con el 31. 56% contra el 28.85% de Salvador Allende. En el Congreso su ratificación fue incuestionable: logró 147 sufragios contra 26 de su rival.

Los comicios presidenciales de 1970 enfrentaron nuevamente a estos dos grandes políticos. Esta vez, Allende consiguió la primera mayoría con el 36.63% mientras que Alessandri alcanzaba el 35.29%. En el Congreso, Allende recibió el apoyo de parlamentarios de la Democracia Cristiana, lo que significó obtener 153 preferencias contra los 35 votos de Alessandri.

Por último, hacemos mención al 4 de septiembre de 1990, cuando al cumplirse 20 años del triunfo de la Unidad Popular, el gobierno de Patricio Aylwin Azócar, decidió exhumar los restos y hacer un funeral oficial a Salvador Allende, primer homenaje público que recibiría, luego de su muerte el 11 de septiembre de 1973.

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, escritor, historiador.