La hidatidosis, una enfermedad zoonótica grave, ha vuelto a ser un problema de salud en Magallanes. Históricamente, un programa del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en 1979 logró reducir significativamente la infección en perros y ovejas. Para 2004, los casos en perros habían disminuido del 71% a menos del 1%, pero la suspensión de ese programa por razones económicas ha permitido un preocupante resurgimiento.
Estudios recientes (2021-2022) muestran que el 45,4% de los perros en Tierra del Fuego está infectado con el parásito Echinococcus granulosus, y en áreas cercanas a Puerto Natales, esta cifra es incluso mayor. Esto ha tenido un impacto directo en la salud humana, con los casos de hidatidosis aumentando de 5,2 a 18,5 por cada 100.000 habitantes entre 2018 y 2022, lo que clasifica a la región como endémica según la OMS.
La falta de mataderos certificados en zonas rurales, como Puerto Natales, exacerba el problema. Sin infraestructuras adecuadas, el riesgo de faenamientos clandestinos aumenta, lo que facilita la propagación del parásito. A pesar de la presencia de instalaciones como el Frigorífico Maclean, es crucial contar con más mataderos y fortalecer los controles para evitar la transmisión de la enfermedad.
Patricia Amarales, candidata al Consejo Regional de Magallanes, destaca la necesidad de retomar las políticas de control animal y asegurar la certificación de mataderos. Con una intervención adecuada, la hidatidosis puede ser controlada, protegiendo la salud pública y la economía local.