El momento de la revolución del conocimiento

12 de marzo de 2022

Es difícil imaginar una revolución cultural sin que la ciencia, la educación y el arte formen parte esencial de la misma.

Justamente son tres deudas que la sociedad chilena mantiene pendientes.

Los libros aun tienen la carga del IVA. Es más, si alguien quiere ingresar, supongamos, 50 libros a Chile, en la frontera le harán pagar un impuesto mínimo de 1 dólar por volumen.

Carga al saber, sin más.

Y los libros componen toda una simbología respecto del pensamiento y evolución humanas.

Chile adeuda esfuerzos económicos en materia de ciencia. Porque así como febrilmente extrae cobre, ese fervor por convertir la ganancia en conocimiento que amplifique los recursos originales, brilla por su ausencia.

El arte lleva la marca de ser una “opción” de vida, una artesanía”, una cuestión personal, cuando la industria del entretenimiento y del saber constituyen una de las más florecientes del mundo actual.

Se trata de buscar puentes entre las personas y el conocimiento.

La cultura, el saber, la ciencia son la elite del progreso.

Sin ellos jamás alcanzaremos el desarrollo.

Para apuntalarlos, para volverlos una realidad indiscutible en nuestro pequeño país habrá que cambiar la forma en que vemos la realidad y eso no será nada fácil.

Chile necesita a gritos más centros educativos de teoría física y física aplicada, química, desarrollo de software, laboratorios de experimentación y desarrollo tecnobiológico. Necesita escuelas de arte y pensamiento.

Para todo esto se requiere más dinero, pero también decisión política.

Si hoy mismo nos faltan científicos y pensadores y profesores de arte tendremos que buscarlos en algún lado para que hagan escuela.

Los colores que forman parte de nuestra cultura, la formas exquisitas de la naturaleza que nos rodea, nuestros cuentos y formas de narrar, hacen imaginar que estamos listos para dar un salto cultural.

Que así sea. Lo necesitamos.

Escrito por: Redacción Zona Zero