Discutamos, mejoremos y avancemos [Columna de José Saldivia Díaz]

14 de noviembre de 2021

Hace un par de días mi madre a sus 90 años y como es  habitual se dispuso cómodamente en su sillón a  sintonizar en TV el primer informativo de la tarde . Hasta ahí todo normal, escuchó atentamente el sumario noticioso  y al cabo de unos minutos me hace el siguiente comentario : será posible escuchar algún día una noticia positiva, buena y bonita  . Sus palabras no son de alguien pesimista por antonomasia, más allá de sus años siempre está alentando a las personas  y pensando positivo . Es más, hasta hace un tiempo siempre decía que le gusta más el aquí y ahora , que los tiempos vividos . Siempre nos contó cómo fueron su infancia y juventud, como fue ser  parte de una familia de trabajadores incansables y de paso migrantes , con necesidades que no siempre el esfuerzo podía satisfacer adecuadamente , pero al fin y al cabo feliz , eso sí en una dimensión muy limitada en términos materiales , propios de esos tiempos . Para ella y creo no equivocarme , todo tiempo pasado en ningún caso era mejor , más allá de su buen pasar ,  vivió en tiempos de muchas necesidades y de ahí que a este comentario le puse mucha atención, pues sentí que quería dar razones.

 Rápidamente pregunte  porque ese comentario y con inquietos silencios me planteo lo preocupada que está por los acontecimientos de los últimos tiempos en Chile  . Añadiendo que ya llevamos un largo periodo con demasiadas noticias terribles: pandemia , con tantos  muertos y con el dolor de saber que partieron «muchos de sus conocidos» , también las interminables noticias policiales en todo orden ,  asesinatos, robos , asaltos y un cuanto hay  , sumados los escándalos de corrupción en muchos lugares , las  movilizaciones pacíficas y de las otras , de las que no me gustan  como suele decir , las drogas ,  el narcotráfico y la permanente sensación de impunidad que existe frente a tantos hechos que preocupan sobretodo en Santiago , donde pareciera que todas las posibilidades están perdidas .

También de paso , me comento el desprestigio de la política y los partidos , sumado a la desconfianza que genera el actual gobierno . Me dice que teme como de repulsión a los políticos en términos puntuales se pasó a rechazar la política  y que de ahí a rechazar la democracia , este es  otro paso al  vacío al que se está cayendo y  dejar de sentir que es el lugar donde mejor se puede  estar .

Hago la salvedad que en mi casa y en mi familia la política ha sido una forma de comunicarnos , incluso en los tiempos de la dictadura donde mi hogar  fue  un espacio de libertad en todo el sentido de la palabra, para nosotros y todos quienes llegaron buscando un lugar de diálogo y discusión democrática . Mi padres siempre manifestaron posición política y opinaron de todos los temas y de paso nos dieron la mejor educación cívica ,  instruida y discutida.

Lo que más me sorprendió en esta conversación fue su punto de vista respecto a los procesos electorales en los cuales hemos estado inmersos en los últimos tiempos y que por sus problemas de desplazamientos no ha podido concurrir más  , como lo venía haciendo  desde la presidencial de 1952,  que fue cuando se adquirió el derecho al voto por las mujeres.

Me dijo que le complica mucho que la gente estando en buenas condiciones no está concurriendo a sufragar , que prefieren quedarse en sus casas , con sus quejas y dejando a la buena de Dios los resultados o bien pareciera que su nivel de hastío es tan alto que prefieren  dejar todo como algo que no podrán resolver con un voto. Me decía cómo es posible que existiendo tantas facilidades para votar , se rechace esta  que es una oportunidad para cambiar, para mejorar  y no dejar de lado una responsabilidad que le da la libertad.

 Se molesta mucho cuando alguien dice que con el voto no se logra nada positivo. Ella todavía se emociona con lo que vivió en el año 1988 votando entre el Sí y el No , en aquel memorable 5 de octubre o  bien eligiendo presidentes , sumando su voto al de tantos. Expresando y defendiendo su opinión democrática . Unas veces se acierta y otras no tanto , pero siempre sentí que las cosas se pueden cambiar.

Pero lo central de su preocupación estaba en  que las próximas elecciones no  sean muy concurridas y que terminen  saliendo candidatos  casi sin votos en las parlamentarias y consejeros regionales y que en las presidenciales se cuestione la representatividad . No es posible, me dice , que en las últimas elecciones terminen  votando 4 de cada 10 electores inscritos y con derecho a voto  , donde se supone que hay más pluralidad partidaria , con más  candidatos independientes  , más oferta de candidaturas femeninas y financiamiento público .

Tal vez si las nuevas  generaciones comprendieran con fuerza ,  que este es el único sistema en el cual se puede elegir , denunciar cuando corresponda y sancionar cuando están las leyes a todos quienes se apartan de la legalidad establecida . Sé que la historia no es un consuelo , pero se aprende de ella. La conciencia democrática se debe adquirir mediante la participación , no hay otro camino.  Si mañana salen electos los candidatos indeseados , los que tienen dudosa calidad democrática , que normalmente cuestionan las libertades logradas en el tiempo y nosotros no  participamos eligiendo representantes legitimados en el voto universal e informado ,  no nos quejemos  y  seremos tan responsables como si hubiésemos entregado nuestro voto en la urna . Me decía que sería muy  lamentable que cuando entreguen los resultados y den cuenta de la participación de los chilenos en las urnas emitiendo su voto digan que de cada diez ciudadanos seis se quedaron en su casa, el resultado podrá ser legítimo,   pero representativo no  y la democracia estará incompleta. Las democracias incompletas son cuestionadas y débiles pues carecen de lo esencial, las mayorías y terminan dando paso a representantes de dudosa calidad humana y cuestionables principios . Los ejemplos en esta dirección es cosa de buscarlos.

Sin duda sus inquietudes representan una gran lección de civismo y reflejan la  grandeza de una persona que se manifiesta en diversos momentos, entre ellos también en los instantes cotidianos. Por eso siempre dice ,  es importante que discutamos, mejoremos y avancemos.

Escrito por: José Saldivia Díaz, columnista.