Hay una forma de abuso que te hace creer que vives en otra realidad. Frases y discursos que ha medida que se repiten van creando un escenario, o una «verdad» que se aleja mucho de lo que realmente pasa. Nos hemos acostumbrado a tener una autoridad comunal que «ni se arruga» a la hora de lavarse las manos y endosar responsabilidades a otros cuando las culpas le corresponden a él.
Nos hemos ido acoplando inconscientemente a pensar que todo lo que dice Claudio Radonich es cierto. Que la verdad sale de su boca cada vez que la abre, que nunca se ha equivocado en nada, que todo lo que dice es razonable, que las malas gestiones son de otros, que parte de los concejos municipales siempre están en su contra, que los funcionarios fallan en sus trabajos, y que todo el resto comete errores menos él.
¿Pero por qué nos fuimos cayendo a ese pozo? Porque Radonich es un tipo con personalidad de político, que sabe con quiénes hacer acuerdos, que te saluda en la calle, que pasa de sorpresa a ver a abuelitas, vecinas y familias enteras cualquier día de la semana, porque es entretenido para conversar, porque se hace el independiente, porque critica al mundo parlamentario (pero sueña con ser uno de ellos), porque la derecha magallánica confió en él y no recibieron nada a cambio, y porque al frente ha tenido malas oposiciones y pésimos candidatos para pelearle el puesto.
Radonich se hace el desentendido con lo penosamente horrible que se encuentra el centro de Punta Arenas. No ha hecho nada en realidad importante para hermosear lo que era uno de los lugares más encantadores de la ciudad. Le sigue echando la culpa al estallido social, y se vuelve a lavar las manos con aquello. Se hace el desentendido por el mamarracho de arreglo que quiso hacerle a la Plaza de Armas Muñoz Gamero. Y también se hace el desentendido con su gusto personal de hacer el Carnaval de Invierno en la Costanera cuando más del 90% de la población lo quiere de regreso a calle Bories.
Se hace el desentendido con la desprolijidad que llevó adelante el conflicto con los trabajadores de la educación municipal, no haciendo a tiempo lo que tenía que hacer. Y siempre echándole la culpa al empedrado. No atendiendo durante años a profesores o asistentes de la educación que le solicitaban reuniones permanentemente.
Desentendido Radonich con aceptar que solo toma en cuenta a algunos medios de comunicación. Que contrata publicidad informativa de las actividades municipales solamente en algunos medios locales de Punta Arenas y con diferencias presupuestarias demasiado importantes.
El detalle se le ha consultado en Concejo Municipal en varias ocasiones pero no se ha entregado respuesta concreta a aquello.
Se relaciona con solamente algunas personas de medios de comunicación, invita a las actividades municipales solamente a algunas personas de medios de comunicación, y va solamente a algunos programas de medios de comunicación. Tiene espacios contratados permanentemente donde hace relaciones públicas y una especie de campaña política constante. Él lleva adelante una estrategia, y los medios que más reciben recursos se lo permiten hacer. Y todos se hacen los desentendidos.
Se hizo el desentendido cuando fue él mismo quien abrió la puerta a una posible candidatura al Gobierno Regional, diciendo que los primeros días de octubre daría una respuesta. para luego salir diciendo en la misma fecha anunciada, que él nunca había tenido en mente renunciar. Desentendido incluso de sus propias palabras.
Lo del Festival de la Patagonia siguió la misma línea. Desentendiéndose de la organización, aunque siempre supo lo que pasaba e iba a pasar. Porque los acuerdos están tomados hace años. Discriminando a medios de comunicación, colocando a un encargado de eventos sin habilidades blandas, y con la guinda de la torta que significó la vergonzosa presión que intentó hacer un funcionario municipal al jurado para que ganara un tema local la competencia del festival (que no tenía posibilidad de triunfar).
Es la demostración del ambiente interno. De que cada cual se arranca con los tarros. Porque el jefe se pasa haciendo el desentendido,
También se ha desentendido del futuro. Y nadie sabe si irá a la reelección o se tomará unos meses para luego volver a ser candidato, esta vez parlamentario. Porque, seguramente dirá algo y luego seremos nosotros, los periodistas o la prensa, los que pusimos palabras en su boca.
Ya nos caímos al pozo, y no hay escaleras ni cuerdas a las que uno se pueda aferrar. Un par de chorros de agua que de vez en cuando nos refrescan, y algunas voces que se escuchan en el fondo diciendo que quieren llegar a administrar la comuna. Pero nada como para ilusionarse. Si incluso antiguos fantasmas han salido a decir que quieren volver. ¿Cómo nadie les dice que no tienen ninguna posibilidad?
Y es que también nos hemos ido desentendiendo, alejando, conformándonos. Acostumbrándonos a las diatribas. A los odiosos y a los que se alejan de las verdades palpables.
Es como la historia del hombre que manipula los objetos y recuerdos de su casa para hacer creer a su mujer que está loca y quedarse con su fortuna… Algo así vivimos hace años, una manipulación que nos hace ver lo que quieren que veamos, y así quedarse con nuestros votos.
Para que nos desentendamos…
Y nos quedemos metidos en el pozo.