Cuesta creerles… es un ejercicio que me supera… [Columna de Luis Legaza]

24 de junio de 2021

Ahora todos se siente parte de, se identifican con y quieren hacernos creer que son representantes de sectores, urgencias, demandas y luchas sociales de las cuales poco o nada fueron parte. Cuesta creer en quien habla de sacrificios sin nunca haberlos practicado o vivido; cuesta creer a alguien que hable de educación pública si en tu vida la has experimentado; más difícil creer cuando hablan de condiciones laborales (si no le has trabajado un miserable día a nadie y ni siquiera imaginas lo que son las condiciones laborales en este país); menos creer cuando hablan de acceso a la vivienda si no entiendes  la usura que significa un crédito hipotecario y te compras una, dos, tres viviendas; escuchar que han terminado con el lucro en la educación cuando en tu miserable existencia has sabido de pagar mensualidades exorbitantes porque lo hizo “papá” o la empresa que te benefició; por más que muestren su carné de Fonasa sabemos que es más un esnobismo que una convicción personal; escucharlos hablar del “costo de la vida” cuando tus parámetros son cuán difícil es conseguir un marco para encuadrar a tu equipo de fútbol o lo que cuesta el “copete” los fines de semana…Me supera, en serio, lo digo con absoluta franqueza y cuando pienso en los miles de estudiantes que viven en pensionados, que comen comida Junaeb, que no tienen plata ni para la micro, que sufren frío o el rigor de pensiones poco amables, que se van en marzo y vuelven en diciembre porque no hay plata para venir a comer choripanes en los feriados largos, cuando pienso en la realidad de miles que sí supieron y saben de precariedades, de carencias, de falta de oportunidades…No me calza tu traje de pueblo, no me cuadra tu falsa identificación, no me cuadra cuando dicen “nuestros” estudiantes, “nuestros pueblos originarios” (como un Lavín que se disfraza de adorador de la Pachamama), del caso de la señora tal o cual y su mediagua, no puedo creer porque, por último, los vi, supe cómo trabajaban, lo que hacían y lo que no, vi cómo cambiaron sus discursos, los vi despotricar contra tal o cual y luego también los vi de la mano, vi cómo decían que el marxismo no era la solución, y ahí están, de la mano con los marxistas, en fin, los vi y entendí que su “nueva” fuerza política se convirtió en un trampolín para acceder al poder, nada más que eso y nada más terrible que eso…Los vi utilizar gente para sus propios fines, los vi levantar a uno y a otro, no por afán democrático o de transformación, sino para sus propios fines, vi el sesgo acerca de lo “viejo” y cómo los usaban para objetivos personales, pero al primer síntoma de disidencia los mandaban al asilo porque ustedes, “lo nuevo” (que no es otra cosa que más de lo mismo), cayeron en el juego del mesianismo, de los iluminados y también los he visto mentir sin descaro alguno intentando levantar verdades desde la infamia…Cuesta creerles porque no basta con ponerse un cuero de oveja, sino oler a oveja (como decía un amigo) y ustedes no huelen a oveja, no pertenecen al rebaño, ustedes provienen de la élite que tanto cuestionan y he ahí la contradicción mayor: ustedes son élite, provienen de la élite y se siguen comportando como tal…¿Pueblo? ¿Hambre? ¿Necesidades?, no, ustedes nunca las han padecido y las utilizan solo como consigna. Sigámonos cuidándonos de la pandemia. Los bichos siguen al acecho y no solo los del Covid. Abrazos.

Escrito por: Luis Legaza S. profesor.