Por La Nación
“Voy a hacer lo que tenga que hacer para que el pueblo recupere la alegría”, afirmó Cristina Kirchner el viernes último durante el acto de la Unión Obrera Metalúrgica realizado en Pilar, al tiempo que la multitud coreaba “Cristina Presidenta”. ¿Puede interpretarse esa declaración como la admisión de que está dispuesta a postularse una vez más para la Presidencia de la Nación? ¿Extraña los atributos presidenciales y aspira a algo más que a ser gran electora en el peronismo? En ese caso, ¿cuáles serían sus probabilidades de triunfo?
Hay un dato relevante en los estudios de opinión pública: si las elecciones presidenciales fuesen hoy, Cristina Kirchner no estaría en condiciones de ganar, al tiempo que su nivel de imagen positiva en la sociedad continúa siendo muy bajo.
Sin embargo, las encuestas también deparan otro dato que no es menor: no hay actualmente dentro del Frente de Todos otro potencial postulante presidencial que tenga mayor intención de voto que la vicepresidenta de la Nación.
Si tomamos la última encuesta nacional realizada por la consultora Opinaia, concluida el 29 de octubre entre 2000 personas entrevistadas en forma online, los potenciales candidatos presidenciales de Juntos por el Cambio sumarían el 30% de los votos (Patricia Bullrich, 9%; Mauricio Macri, 9%; Horacio Rodríguez Larreta, 5%; María Eugenia Vidal, 3%; Facundo Manes, 3%, y Gerardo Morales, 1%); los del Frente de Todos concentrarían el 24% y los libertarios encabezados por Javier Milei, el 23%. Finalmente, el peronismo no K alcanzaría el 5% (Juan Schiaretti, 3%, y Roberto Lavagna, 2%).
Pero si nos ceñimos al 24% de sufragios de la coalición oficialista, podemos observar que Cristina Kirchner es por lejos la más apoyada. Concentra el 13% de la intención de voto, seguida por Sergio Massa, con el 4%; por Alberto Fernández y Axel Kicillof, con el 3% cada uno, y por Máximo Kirchner, con el 1%. Es decir que prácticamente duplica en votos al actual presidente de la Nación y al ministro de Economía juntos.
Según la misma encuestadora, la imagen positiva de la expresidenta es del 28%, guarismo que la ubica en su nivel más bajo históricamente, sin que el intento de homicidio que sufrió el 1° de septiembre haya impactado favorablemente en la percepción social. Su imagen negativa, en cambio, llega al 70%.