Centenario del escritor Silvestre Fugellie (1923-2018). Parte 2 y final. [Por Víctor Hernández Godoy]

8 de mayo de 2023

Uno de los aspectos menos conocidos de nuestro biografiado, fue su participación en diversas instituciones y organizaciones sociales. Dirigente histórico de la mítica Sociedad de Empleados de Comercio de Magallanes, formó parte en varios de sus cuadros directivos, promoviendo las actividades científicas, educativas y culturales, para cientos de socios (as), asalariados con sus familias, que integraron aquella entidad.

En esta condición, no debiera extrañar que Silvestre Fugellie haya sido uno de los principales difusores del trabajo de artistas y escritores que comenzaban su peregrinaje en el ámbito de la cultura, como aconteció con el actor, guionista y melómano, Juan Marino Cabello, quien fue recomendado por el dirigente puntarenense al general Ramón Cañas Montalva para que iniciara una serie de eventos programáticos de radioteatro en la recién inaugurada emisora Radio Ejército, conocida como Militar Austral. A través de sus micrófonos, Marino Cabello junto con otros actores y actrices de la provincia, -María Elena Vukovic, Eduvina Korn, Luis Alarcón, Vicente Miranda y los hermanos Adolfo y Enrique Wegmann Hansen-, creó el célebre programa “El siniestro Doctor Mortis” en el invierno de 1945.

De esta misma época data la conformación del Centro de Escritores de Magallanes (1946) del que Fugellie tomó parte activa sólo después de la publicación de su primer libro de poemas, titulado “Solana del viento” en 1967. Una característica de su personalidad era la modestia y aunque durante décadas se le reconoció su labor periodística, nunca se atrevió a compartir formalmente con los escritores porque según manifestaba, “carecía de una obra editada”.

Los sucesos políticos que se sucedieron después del 11 de septiembre de 1973, significó, para el mundo de los artistas y de los escritores fundamentalmente, un intervalo obligado de una forma de hacer cultura, que junto, a una necesaria restructuración del panorama literario local, implicó la aparición en los años siguientes, de nuevos artistas y escritores que, con un discurso contestatario al régimen de facto comenzaron a emerger lentamente, en el ambiente escritural de Magallanes. Entre éstos, se cuentan los talleres literarios que impartía Carlos Vega Letelier en la Universidad Técnica del Estado y la conformación del Centro de Escritores Jóvenes (1978-1986). Silvestre Fugellie tendió su mano amiga a muchos noveles autores y creadores que despuntaban con la elaboración de nuevos discursos y propuestas estéticas.

En este contexto, se produjo en Santiago, en julio de 1980, la celebración del Primer Encuentro Nacional de Escritores de Magallanes, donde Fugellie tuvo un papel primordial en sugerir la necesidad de realizar un Segundo Encuentro en Punta Arenas. No había recursos para concretar la gigantesca empresa de traer a la región a veinticinco escritores magallánicos avecindados en la capital y reunirlos con otros veinticinco autores radicados en el austro.

Para ese entonces se había constituido la filial Magallanes de la Sociedad de Escritores de Chile. Fugellie fue nombrado tesorero de la nueva organización. En un breve lapso demostró sus dotes como administrador en un directorio que lideraba con mano férrea el profesor y poeta Marino Muñoz Lagos, con el apoyo de Osvaldo Wegmann Hansen, Eugenio Mimica Barassi y José Perich Slater. Los autores nombrados solían congregarse en distintos bares y restaurantes de la ciudad donde al calor del vino y de la amistad fraguaban los acuerdos y juntaban los escuálidos recursos que permitía la sobrevivencia de la Sociedad de Escritores. Podría decirse con toda claridad, que estos literatos hicieron “gestión” en momentos mucho más difíciles que los actuales, en que las organizaciones pueden optar a diversas formas de financiamiento: Fondo Nacional de las Artes, Fondo Nacional de Desarrollo Regional, asignaciones directas, ventanillas abiertas, etcétera.

En 1980 Silvestre Fugellie escribió un libro llamado “Faunaficción” que se ha convertido en un referente obligado de la literatura infantil en Magallanes, logrando cuatro ediciones. Y también, nos proveyó de varios otros textos que independiente de su contendido, avizora los discursos revisionistas tan en boga, en las primeras décadas del siglo XXI como “La tragedia de olca” (1989) o el “El silencio del indio” (1999); o en algunas monografías como, “50 años de Comunidad Petrolera” (1995) o “A un siglo del agua” (1996).

Silvestre Fugellie falleció en el invierno de 2018 a días de cumplir 95 años. En los próximos meses nos aprestaremos a completar el primer quinquenio de su deceso que coincidirá con el centenario de su nacimiento. Creemos que su trayectoria literaria amerita con creces, que una calle, entre las nuevas poblaciones o villas que se están inaugurando, reciba el nombre de este creador y servidor público, antes que su figura pase al olvido.

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, escritor, historiador, columnista.