En 1922 llegó a Punta Arenas un profesor normalista y dentista de profesión, con fama de estricto. Deportista multifacético, era un reconocido futbolista y muy buen boxeador. No estaba claro porqué había elegido a Magallanes como nueva residencia. Se rumoreaba que había tenido problemas en Santiago y que venía ‘medio castigado’ al fin del mundo. Al respecto, el investigador Pedro Jara Pacheco asegura que en un tren se habría peleado a puñetes con su entrenador, cuya huella más ostensible estaba en su nariz. De ahí su apodo de ‘Ñato’ que le acompañó toda su vida.
Selección de fútbol de Chile en 1913. Enrique Abello de pie, segundo de izquierda a derecha
En la capital se desempeñaba como inspector general en la importante Escuela Normal de Preceptores, llamada después, Escuela Normal Superior José Abelardo Núñez. En esa institución un grupo de jóvenes habían creado un importante club de fútbol el 27 de octubre de 1897, que luego de algunos años fue rebautizado como Magallanes. Enrique Abello era una de sus principales figuras. Sus actuaciones sobresalientes en el cuadro albiceleste, tuvieron su premio: llamado a integrar las primeras selecciones nacionales de fútbol, en 1916, fue el capitán del representativo chileno en la primera Copa América desarrollada en Buenos Aires.
De ese campeonato se recuerda una acción que perduraría para siempre en el lenguaje del fútbol: En el encuentro de Chile con Argentina, Abello entregó un pase hacia el puntero izquierdo quien levantó la pelota al medio del área y Ramón Unzaga, de espaldas al arco, hizo una contorsión en el aire y colocó el balón en la red. Los periodistas de la época, llamaron a ese gol, de ‘chilena’, un término que se utiliza hasta los días de hoy para definir a esa bella jugada.
En la década del 20 ya radicado en Punta Arenas, jugando por el Scout. En cuclillas, el segundo de izquierda a derecha.
Radicado en Punta Arenas, Enrique Abello encontró trabajo como odontólogo en el hospital de la asistencia social y en la dirección de Carabineros; al mismo tiempo, desarrolló una intensa actividad societaria: jugó fútbol por el deportivo Scout, practicó basquetbol y boxeo en distintos clubes de la ciudad y no conforme con ello, ayudó a organizar el Club Aéreo de Magallanes. Entrenado como piloto civil, formó parte del primer contingente de aeronautas que sirvieron como estafetas en el territorio austral. Su nombre está vinculado a una pléyade de nombres ilustres como Carlos Fischer, Tomás Saunders, Francisco Bermúdez y Franco Bianco.
Dirigente reconocido, dirigió varias asociaciones entre ellas, la de fútbol, la de básquetbol y la de box; presidente del club Scout y del Caupolicán Boxing Club, fue amigo y asesor del entonces capitán Ramón Cañas Montalva, con quien y junto a otros dirigentes, fundaron la Confederación Deportiva de Magallanes, un 27 de agosto de 1927, siendo Abello, el primer vicepresidente que tuvo dicha entidad.
Foto de Enrique Abello con la camiseta del Scout.
La historia que nos importa, sin embargo, se remonta un poco antes. Para 1919, Enrique Abello era uno de los profesores más queridos y respetados por los alumnos en la Escuela Normal, entre los que se encontraban los hermanos David y Francisco Arellano. Abello promovió la llegada de ambos hermanos y de otros jugadores, al primer equipo de Magallanes. Solía decirles que las tácticas empleadas en el deporte estaban obsoletas, que los malos resultados en las competiciones sudamericanas contra Argentina, Brasil y Uruguay se debían a una multiplicidad de factores; a la falta de un planteamiento adecuado para enfrentar a los rivales de turno, se agregaban, la improvisación, el descuido en la preparación física y mental de los jugadores, la mala nutrición y el escaso tiempo que dispensaban los equipos para entrenar.
David Arellano que ya despuntaba como goleador en los torneos de las ligas de Santiago, fue convocado a la selección nacional donde fue figura en las Copas América de 1924 y 1926. En esta última edición, celebrada en Chile fue goleador del certamen con 7 tantos. Para aquel entonces, Arellano –recibido ya como profesor primario- había observado en el sudamericano efectuado en Montevideo, cómo las selecciones de Argentina y de Uruguay se entrenaban con distintos tipos de ejercicios físicos y gimnásticos antes de los compromisos, preparación que comenzaba meses antes, cuando los equipos de las ligas locales entregaban sus jugadores a la selección nacional.
Influenciados por las ideas del profesor Abello, y las experiencias adquiridas en el terreno de juego, David Arellano, Francisco Arellano, Togo Bascuñán, Luis Contreras, Juan Quiñones, Nicolás Arroyo, Rubén Arroyo, Clemente Acuña, Luis Mancilla, Rubén Sepúlveda, Guillermo Cáceres, Armando Stavelot, manifestaron su oposición a las normativas dictaminadas por dirigentes y socios del Magallanes en la reunión sostenida el 4 de abril de 1925. David Arellano le habría manifestado a Juan Quiñones: “Vámonos de aquí. Que jueguen los viejos, a ver si pueden”.
Ficha técnica de Enrique Abello como seleccionado nacional.
El grupo rebelde se dirigió al bar Quitapenas ubicado en calle El Panteón #1125. Allí decidieron constituir un nuevo club. Posteriormente, se reunieron en una casa de calle Covadonga en Estación Central, hasta que, finalmente, el domingo 19 de abril de 1925, en dependencias del estadio El Llano, firmaban el acta fundacional que señalaba el nacimiento de “Colo Colo Foot-Ball Club”, nombre propuesto en juntas anteriores. Presidente de la nueva institución fue designado Alberto Parodi. El eminente jurista, político y abogado Luis Barros Borgoño, fue declarado como presidente honorario y encargado de revisar todos los aspectos legales del club.
Colo Colo fue el primer equipo chileno en implementar los entrenamientos obligatorios y las jugadas de pelota detenida. Para recaudar fondos, el club hizo una gira al sur del país y en 1926 se consagró campeón de la liga Metropolitana y de la copa de campeones de Santiago.
Más tarde, Colo Colo realizó una gira mundial que los llevó distintos países de América y de Europa. En esta condición, el equipo protagonizó sonadas victorias contra elencos de México, Portugal y España. Precisamente, en uno de estos encuentros, disputado en Valladolid, el 2 de mayo de 1927, el capitán David Arellano, luego de recibir un fuerte pelotazo en el estómago encontró la muerte al día siguiente en la habitación de su hotel, debido a una peritonitis traumática que no fue advertida en su momento por los médicos de turno. Su deceso fue sentido en todo el país y sus restos repatriados con apoyo del gobierno chileno.
El gran David Arellano Moraga (1901-1927). Profesor normalista y capitán de Colo Colo.
La figura del profesor David Arellano Moraga es valorada por los más acérrimos rivales del equipo albo. El estadio Monumental inaugurado en septiembre de 1989 lleva el nombre de su capitán y fundador. En tanto, Enrique Abello, quien a menudo, recordaba y colocaba de ejemplo el carácter y la determinación de su alumno, falleció en Punta Arenas, el 22 de febrero de 1948.