Tras la muerte del Papa Francisco, se espera que en los próximos días comience el Cónclave para elegir al nuevo sumo pontífice. En la instancia, cardenales de distintos lugares del mundo se reúnen en la Capilla Sixtina del Vaticano para votar por el próximo líder de la Iglesia católica.
Serían 135 los cardenales electores que pueden participar del proceso, aunque dos de ellos excusaron su ausencia por problemas de salud.
Para ser un cardenal elector se requiere tener menos de 80 años. Debido al requisito etario, Fernando Chomali será el único chileno que podrá votar.
Carlos Castillo, arzobispo de Lima (Perú), será uno de los electores del nuevo Papa. Se espera que el Cónclave inicie entre el 5 y el 10 de mayo.
El arzobispo explicó que a pesar de que sólo los menores de 80 años pueden votar, de igual manera, otros cardenales viajan para el “pre Cónclave”, donde aportan sus opiniones, consignó Infobae. “La mayor parte de ellos tiene una palabra que decir, tiene experiencia y puede ayudar a los criterios”, complementó.
En el pre Cónclave, se “elaboran” los perfiles de quiénes podrían suceder al sumo pontífice, ya que “nadie se postula” para ser Papa.
“Todos ahí nos conocemos, todos hablarán… Algunos seguramente dirán ‘me parece eso’, ‘me parece aquello’ y sobre ello, ‘se apunta y se empieza a discutir qué es lo mejor”, detalló Castillo.
Al llegar a un “consenso”, se comienza con las votaciones, las cuales son individuales y secretas. Asimismo, los electores son aislados del exterior.
“En el Cónclave no se dice nada. En el cónclave se va con todas las ideas que uno tiene y se vota de frente… y cualquiera puede ser (electo)”, recalcó. En este caso, al ser 133 electores y se debe llegar a un consenso de ⅔, el próximo Papa deberá recibir 89 votos.
Para la elección de Francisco, se llegó a un acuerdo en la quinta votación, mientras que con Benedicto XVI se logró a la primera.
Con respecto al nuevo sumo pontífice, Castillo señaló que “siempre en la Iglesia se guarda fidelidad al Papa anterior, sobre todo en aquellas cosas que son significativas para el avance de la Iglesia. El Espíritu Santo no es de producir rupturas radicales como algunos están pensando”.
“Tendremos un perfil adecuado para poder seguir adelante, lo que se ha avanzado es irreversible”, concluyó.
