La lucha verde nunca ha sido muy equilibrada. Ni pareja. A las más conocidas ONGs verdes del mundo, que también son las más poderosas y las que más dinero recaudan, no les importan todos los temas ambientales por igual.
Cada cierto tiempo renuevan sus esfuerzos y estrategias y hacen foco en eventos puntuales y no en otros. Todo depende del presupuesto y de los vaivenes políticos sobre los que se ubiquen estas gestas.
Hace unos días la administración del Parque Nacional Torres del Paine advirtió que había encontrado un ejemplar de visón americano en las fronteras del famoso parque visitado por más de 250 mil turistas cada año. La mayoría extranjeros.
El visón americano es una especie exótica en la Patagonia y considerado una “seria” amenaza para la diversidad, subrayan los expertos. Se desprende del comunicado del parque que se tomarán medidas urgentes para controlar una posible plaga. Entre ellas la erradicación de los ejemplares que resulten atrapados.
“Algunas de las acciones inmediatas que se están implementando para controlar el avance de la especie son el despliegue de una red ampliada de cámaras trampa para registrar y mapear la presencia del visón en otras áreas aledañas al punto de observación registrado en el parque nacional; la instalación de trampas selectivas para su captura, con el fin de prevenir el impacto a otras especies nativas de hábitos similares como son el quique y el coipo”, señala el parte de prensa de PNTP.
“De igual forma, implementarán un programa de control que priorice áreas críticas como humedales, cursos de agua y zonas de nidificación de fauna vulnerable, el cual pueda proyectarse tanto al interior del parque como en los ambientes naturales y sensibles de la provincia; así como también fortalecer la vinculación y educación hacia la comunidad, en especial, operadores turísticos y visitantes”, sigue.
Básicamente está diciendo que hay que quitarlo de en medio, no devolverlo a Estados Unidos lo que sería poco práctico y generaría algún conflicto diplomático.
No sería de extrañar que surja una campaña similar a la que ya existe en favor del guanaco. Depende antes del dinero que de la pasión por los animales exóticos. Pero detrás de la del guanaco está la Fundación Tompkins. Los estancieros de Santa Cruz vienen denunciando hace años el papel nocivo que cumple este animal justamente en el equilibrio ambiental.
La obsesión del millonario Douglas Tompkins nunca fue la humanidad sino la naturaleza cruda y salvaje como un espacio para pocos. Pocos y elegidos. Como se sabe, el fundador de The North Face falleció en un accidente en kayak en el sur de Chile, pero su legado continua a través de su fundación y su esposa Kristine.
Entonces, ¿Qué hay detrás del discurso pro guanaco? Básicamente se relaciona con una cuestión económica más o menos simple. El guanaco perjudica el normal proceso de renovación de los suelos patagónicos afectando la alimentación de las ovejas. Las ovejas son un animal introducido que asegura la presencia humana en vastas regiones. Desde esta perspectiva aparece como un regulador “natural” de la presencia humana.
En el periodo 2021/22 Argentina exportó lana por USD 165 millones anuales. En el país hay 113.000 productores y 93.000 establecimientos. En cuanto a las exportaciones de carne históricamente representan entre los 12 y los 15 millones de dólares.
Se estima que existen alrededor de 3 millones de guanacos en Santa Cruz, un número que para los estancieros ya es exponencial. Por otro lado, hay 2,3 a 3 millones de ovejas en la misma provincia. Y el suelo no alcanza para tanto.
El número de ovinos lleva años en disminución en el sur de Chile y la Argentina.
Los militantes de Tompkins aseguran que los guanacos no son un problema, que están integrados al Parque Nacional Patagonia (donado por ellos mismos) y que no invaden la propiedad de los estancieros. Los ganaderos han llegado a pensar en profundizar las zonas de alambrados para marcar el territorio.
En Chile la salmoneras soportan otra campaña de grandes dimensiones y los actores son también los Tompkins, Greenpeace, Oceana y PEW que estableció convenios con universidades y dependencias del Estado chileno para asesorar en temas tan delicados como la nueva Ley de Acuicultura y los planes de manejo de las zonas de reserva natural.
Los trabajadores de la industria reclamaron públicamente que el vínculo entre Subpesca (organismo estatal) y PEW significaba un sesgo para la futura Ley de Acuicultura.
Los salmones, al igual que las ovejas, representan trabajo y presencia humana en las apartadas zonas del continente. Justo lo que no quieren las ONGS que sueñan con una región salvaje, impoluta que sea territorio de nadie.
Esta fuerza, poderosa, por cierto, entra en colisión con el deseo soberano de los países por desarrollarse social y económicamente. Tanto Chile como la Argentina tienen bastos recursos en la Patagonia y los interesados en financiar las iniciativas si bien no sobran tampoco faltan.
Los proyectos de hidrógeno verde en Magallanes todavía no están instalados y tienen decenas de ONGs opositoras. La conducta militante es una sola: cada iniciativa de desarrollo y de poblamiento encontrará en ellos un enemigo.
Desde ya meses antes el mismo medio había publicado otro artículo donde resaltaba la calidad de la proteina cultivada en granjas.
Desde ya el propio medio ofrece a sus lectores numerosas recetas para cocinar salmón.
En julio del año pasado, la ex presidente Cristina Kirchner se mostró orgullosa de que el salmón chileno hiciera una escala en El Calafate para llegar a los principales mercados del planeta.
“Aerolíneas, con su servicio de cargo, ahora transporta permite que el salmón chileno a través del aeropuerto de El Calafate directo para Miami. No solamente es para inversores, o empresarios nacionales sino también para un producto tan típico como es el salmón chileno”, dijo entonces la ex mandataria. “Ahora, el salmón chileno lo va a consumir Messi y Antonela, así que espero que les guste el salmón, es de Chile y pasa por Calafate”, agregó.
Cuando los tripulantes llegaron a Puerto Natales (Chile) los esperaba una comitiva de trabajadores, pero los militantes se negaron a bajar y a dialogar.