Antonieta Oyarzo: «La gente está cansada de mentiras, abusos y faltas de respeto»

7 de mayo de 2021
Antonieta Oyarzo posee una extensa actividad política en Puerto Natales y la región de Magallanes, pero su figura resulta fresca y dinámica para un electorado que hace 10 años era adolescente o jóvenes que todavía no observaban el escenario político. Los adultos no desconocen su carrera.
De raíz de izquierda la ahora candidata independiente a alcaldesa se distanció de los partidos tradicionales para buscar su propio camino. Esta misma distancia, sumada a un discurso amplio y riguroso, provocó la adhesión de vecinos que estaban ya a la izquierda aunque también en la centro izquierda y hasta en la centro derecha.
Su estrategia ha sido birlarle votos a todos para incomodidad de sus oponentes.
Oyarzo fue capaz de leer la partitura de una nueva sociedad chilena a la que no es ajena Puerto Natales. Conversamos extensamente con ella en Zona Zero.

Ya sabemos como es el discurso político en sus formas, más aún en campaña, pero en un lenguaje llano ¿Qué crees que le puedes aportar al Municipio y la comuna de Puerto Natales?

Nuestro proyecto de Alcaldía Ciudadana está basado en un nuevo modelo de gestión comunal, que sintoniza con los cambios sociales que últimamente ha vivido Chile y como su nombre lo dice, de carácter ciudadano, con una propuesta integradora y que representa la construcción de una nueva forma de hacer política y de hacer comuna.

Hoy tenemos una necesidad urgente de buenas prácticas laborales, de buen trato, de buen uso de los fondos públicos, de respeto y dignidad, que es lo que debería ser, pero que actualmente no es.

Daremos un aire nuevo a este Municipio, reconstruiremos las confianzas y la fe pública; y al ser la nuestra una Alcaldía Ciudadana, el vecino de la comuna de Natales tendrá injerencia como nunca antes en aspectos importantes que le atañen directamente en cuanto a mejoras a su actual proyecto de vida.

A nuestra querida comuna la cuidaremos, velaremos por nuestra calidad medioambiental, queremos dar un énfasis sin precedentes a nuestra identidad local, y haremos gala de nuestra credibilidad a través de hechos concretos y conducta intachable. La gente está cansada de mentiras, abusos y faltas de respeto, y hablo del país en general en el entendido de que aquí tampoco escapamos a esas malas prácticas que se han vuelto consuetudinarias.

Nosotros no faltaremos al principio ético más elemental en política, que es respetar a quién nos ha dado su confianza porque cree en nosotros, y jamás tomaremos una decisión importante a espaldas de la ciudadanía.

Hemos trabajado mucho en esta propuesta, escuchando y creando en conjunto con los ciudadanos organizados y con el ciudadano de a pie también. Este es un proyecto colectivo, donde se le dará valor a la opinión de los vecinos, y puedo decir con tranquilidad y orgullo que lo tenemos por escrito y a la vista de todos en nuestras plataformas digitales.

Han contado que desde muy joven mantenías esta idea de convertirte en Alcaldesa de Puerto Natales ¿Cómo surge esto en ti?

Se lo debo a mis padres. Desde mi infancia temprana fuí educada en valores como la conciencia social. Me enseñaron que mi felicidad personal era importante, pero no bastaba, que era necesario preocuparse por el bienestar y la felicidad de los demás.

Cuando salí a estudiar, lo hice pensando en volver a ejercer mi profesión enfocada en las necesidades de la comunidad. Estudié Trabajo Social en la Universidad de la Frontera, en Temuco, donde participé en el movimiento estudiantil y fui dirigente y representante de la Facultad de Ciencias Sociales en la Federación de Estudiantes.

Por más de veinte años fui militante del Partido Socialista de Chile, fui Concejala y Consejera Regional y hoy estoy camino al Municipio, liderando un proyecto independiente de Gobierno Comunal con fuerza ciudadana, una Alcaldía Ciudadana.

Me he preparado toda mi vida para este momento y la vida me ha preparado para este momento. Hace cuatro años atrás, muchos actores políticos y la misma ciudadanía me habían convocado para ser candidata, pero en ese entonces era Consejera Regional y opté por terminar el período, como corresponde, y por respeto a quienes me habían elegido.

Creo que honré mi capacidad de tomar decisiones pensando en lo mejor para la comunidad y culminé mi período formando parte de un gran trabajo en conjunto con todas y todos mis colegas. Yo soy hija de un preso político, valoro la democracia y tengo las competencias y la fortaleza para liderar una gestión municipal enfocada en el bienestar de toda nuestra comuna y la claridad para obrar con honestidad y pasión. No tengo dudas ni miedos.

En una época no muy lejana se hubiera visto como anecdótico que dos mujeres estén primeras en las encuestas para quedarse con la Alcaldía ¿Cómo crees que se lee esta situación en la comunidad de Puerto Natales?

Si tomamos como referencia los 110 años de historia administrativa de Puerto Natales, ¿cuanto tiempo es una época no muy lejana? Y el “anecdótico” suena peyorativo, como remitiendo a un hecho fortuito. No voy a ser la primera alcaldesa de Puerto Natales, porque ese honor lo tendrá por siempre Francisca Fuentes Araos, quien fue Alcaldesa entre 1956 y 1960, con un período previo como regidora. Eso no es anecdótico. Ella representa la fuerza de las mujeres natalinas, aunque sea la única entre diecinueve alcaldes a la fecha, tres de ellos designados por la dictadura militar. Tal vez el hecho anecdótico en realidad sea ese.

La visibilización de las mujeres en la actualidad es un hecho real y responde a un proceso -a estas alturas histórico- de empoderamiento, entendido como crecimiento de cuerpo, mente y alma de quienes se han visto por las razones que sean en una posición minoritaria o de desigualdad. Actualmente son innumerables los movimientos femeninos que son gravitantes en la construcción de nuevas fuerzas ciudadanas. Eso se respeta.

Siguiendo con tu pregunta, somos dos mujeres totalmente distintas en cuanto a valores y vida política se refiere. Representamos modelos ideológicos y formas de hacer diferentes. Una fue retirada de un importante cargo por un partido político que actualmente no exhibe su logo en su propaganda, para ser designada como candidata que representa la continuidad de un modelo que cae por su propio peso; y la otra, que cuenta con el apoyo de la ciudadanía, que en resumidas cuentas, está harta de más de lo mismo y busca cambios reales porque tiene esperanza. Eso tiene un valor. Juzgue usted.

Y por último, las lecturas situacionales como la que planteas, corresponden a cada cual de acuerdo a las herramientas de discernimiento y al conjunto de valores que tenga.

Indudablemente hay un nuevo habitante de Puerto Natales, una localidad que además ha vivido una nueva forma de inmigración interna y extranjera debido al turismo ¿Se les escapó esta percepción al gobierno actual?

Exceptuando las dictaduras a las que fuimos muy proclives, estamos hablando de tal vez el peor gobierno de la historia de Chile y por motivos que saltan a la vista. Y en cuanto al gobierno local, no le va en zaga, ya que se quedó en una visión pequeña y mezquina de la realidad que hoy vive Puerto Natales.

Un inmigrante, ya sea interno o extranjero según como lo defines en tu pregunta, en primer lugar es una persona que deja su lugar de origen porque no está satisfecho con las oportunidades que hay en su terruño o porque la seguridad para él y su núcleo familiar le es negada por la razón que sea. La gran diferencia entre el interno y extranjero, es que el chileno tiene libertad para moverse dentro del territorio nacional de acuerdo a como le parezca conveniente.

No debemos caer en la paradoja de negar la sal y el agua a quienes vienen en pos de mejoras, sospechando de él, haciendo el vacío, que vale en lo personal y en lo institucional, sino crear los mecanismos de integración adecuados y pertinentes y por supuesto sujetos a la ley. Natales, por su condición de destino turístico estival y por sus marcadas estaciones del año, siempre ha sido destino de inmigrantes golondrina o estacionales.

Lo mismo pasa en el sector pesca, debido a las temporadas y vedas, por citar otro ejemplo. La migración, quiérase o no, siempre oculta realidades difíciles de entender, porque no podemos o porque no queremos, y habitualmente trae aparejada una pobreza encubierta.

En Puerto Natales hay pobreza dura vinculada a la inmigración, aunque no se quiera reconocer ni aceptar. El no tener contactos ni soporte es un tipo de pobreza, y es a esa pobreza, además de la económica a la que deben hacer frente los inmigrantes, luchando contra la endogamia propia de comunidades habituadas a adorar su propio ombligo, centradas en sí mismas, desconfiadas y agresivas, y al fin y al cabo con una tendencia vergonzosa a olvidar sus propios orígenes.

Por otra parte, la migración representa la irrupción de nuevos grupos sociales, con una cultura diferente -vale también para el inmigrante nacional-, con nuevas demandas y con necesidades concretas. Ahí hay que apuntar.

Este territorio se construyó con inmigrantes, que vinieron a un descampado dispuestos a crecer y forjar un mejor futuro, tanto para sus descendientes como para ellos mismos. No veo porqué no pueda o deba seguir siendo así. Bienvenido todo aquel que venga a crecer y aportar porque aquí vió las oportunidades. Hasta ahí con eso.

¿Cómo se gobierna una ciudad que está atravesada por la tradición y también por una modernidad que la lleva a ser un espacio cosmopolita seis meses al año?

La pregunta anterior tenía que ver con la inmigración. Somos una comuna cosmopolita, no porque vengan turistas, sino porque aquí viven extranjeros los doce meses del año.

La tradición o el Natales profundo versus la modernidad o el Natales emergente, al mismo ritmo que el mundo. Otra paradoja. Normalmente tradición y modernidad representan opuestos difíciles de conciliar, y sin embargo, se puede.

Un enfoque integrador requiere del respeto hacia ese Natales profundo de origen obrero, quitado de bulla y que guarda intactas sus costumbres de pueblo de tal manera que son imperceptibles para el visitante foráneo, casi como negándoselas, y el Natales pujante de actividad económica en constante crecimiento, aunque desregulado, a la buena de dios, como dicen los antiguos. Las alarmas vienen de muchos sectores, y las estamos desoyendo.

Nuestro Plano Regulador está en proceso, y en la figura de anteproyecto plantea que Natales es una capital turística, portuaria, fronteriza y productiva de la Patagonia chilena. Yo le agregaría sustentable y sostenible, ya que ahí hay que apuntar. El concepto de Gobierno debería ser uno solo: en democracia, en diálogo contínuo, con claridad, de frente a la ciudadanía, con honestidad y fuerte compromiso social. Natales no puede quedarse atrás, sino que debe crecer como una comuna atractiva para vivir y desarrollarse en ella.

¿Cómo se gobierna? Con proactividad, con seriedad, con planteamientos sólidos y propositivos acerca de un Gobierno Comunal que promueva la inversión pública y privada para transformar e impactar positivamente la vida de la comuna y las personas que la integran. Con mirada de género, con introducción de nuevas tecnologías digitales que acerquen a la gente, con gestión medioambiental orientada al futuro… con cariño y entrega total.

¿Cómo te imaginas a Puerto Natales en los próximos diez años?

Con cinco mil habitantes más y tal vez me quede corta en el cálculo. Creciendo en forma constante y con los dolores propios del crecimiento. Esto no lo imagino, sino que creo que será así. Cada vez que paso por nuestra costanera y me detengo a observar el entorno, siento que vivimos, sino en el mejor lugar del mundo, al menos cerca de algo así. La memoria es frágil.

El proceso de colonización de este territorio está marcado por acciones que en la actualidad tranquilamente podrían ser catalogadas de desastre ambiental: deforestación con la consiguiente alteración de ecosistemas milenarios, introducción de especies vegetales y animales exóticas de interés comercial en desmedro de las nativas y que paradójicamente son parte indeleble de nuestra identidad.

No debemos olvidar que el Parque Nacional Torres del Paine era un complejo de latifundios ganaderos, pero ahora lo vendemos como paisaje prístino, porque de alguna forma se salvó.

El tiempo se encarga de borrar el pasado. Este como ejemplo, nos llama a no repetir los mismos errores y ser responsables con el entorno en que estamos insertos. Antes fueron nuestras praderas, hoy son nuestras aguas.

El crecimiento no puede ser a costa de la torpeza de hipotecar nuestro futuro producto de una visión miope y cortoplacista. En diez años me gustaría que fuéramos una comuna con una alta calidad de vida y ejemplo a seguir, con mayores oportunidades para nuestros jóvenes, la cuna de la cultura y las artes, con barrios inclusivos, áreas verdes representativas de nuestro patrimonio vegetal, con espacios públicos comunes y de calidad para la convivencia social.

Una comuna integradora, diversa y multicultural, respetuosa de nuestros niños y adultos mayores y pujante en el más amplio sentido de la palabra. Una comuna con apego a su historia, sus costumbres, con noción de sí misma y con orgullo identitario. Soñar no cuesta nada. Mientras tanto, trabajar por todo eso es la realidad que tenemos que enfrentar y lo haremos con toda la energía y el convencimiento de saber que será difícil pero no imposible.

¿Gana? ¿Por qué?

Sí, lejos. Porque la gente nos cree y nos lo ha hecho saber. Porque construimos un proyecto colectivo, no de unos pocos, ni de un partido político, sino de una fuerza ciudadana transversal que no quiere continuidad ni lo que eso representa. Este 15 y 16 de mayo el ciudadano responsable e informado hablará a través de su voto y decidirá si avanzamos o quedamos donde mismo. Avanzamos.

Escrito por: Zona Zero