A una semana de la definición más importante de nuestra vida [Columna de José Saldivia Díaz]

11 de diciembre de 2021

En los tiempos actuales independientemente del lugar geográfico en el mundo en que nos encontremos , uno de los hechos más dificultosos es plantearse  gobernar y satisfacer las necesidades de la gente , que hoy se expresan con una  volatilidad impensable hasta  hace solo un par de décadas .

Que duda hay , las expectativas de las personas  son con creces superiores a las posibilidades en todo orden . El nivel de información y  la variedad de formas para comunicar hacen que las personas se tornen inconstantes y exigentes  , en lo que quieren y los tiempos en los que las  necesidades  se deben  satisfacer .


Se quiere aquí y ahora . La decantación que las  iniciativas requieren son cosas del pasado, como son también las mayorías que se necesitaban para lograr  gobernar de manera efectiva en tiempos de tantas urgencias .
Me explico , a las velocidades en que se mueve el mundo, los imprevistos que rigen el devenir  y las falta de mayorías claras  que permitan cumplir las expectativas de la gente,  hacen que quienes se planten gobernar en un periodo preciso deban antes de llegar al cargo  ya comenzar a establecer fórmulas de aproximación con distintos sectores  , que permitan llegar a lo menos a establecer consensos de gobernabilidad en periodos cada vez más breves.
Son hoy por hoy , muchos  los que sostienen que es bueno que la política busque vías de entendimiento que aproximen las posiciones y establecer  fórmulas negociadas para concretar las iniciativas requeridas por la gente. Es también cierto que  esta manera de hacer política tiene  muchos detractores, se dicen muchas cosas negativas de esta connivencia como si la política fuera imposición y no negociación .  Lo que uno debería establecer como exigencia al momento de acordar políticamente una negociación  o acercamiento sería  la transparencia , es decir hacerlo de cara a la gente y allí tendría una connotación más positiva .
En las próximas semanas quien resulte elegido Presidente de la República ,deberá como imperativo negociar , consensuar, aproximar posiciones , primero con quienes tienen  mayores compatibilidades políticas y luego establecer parámetros para entenderse con quien resulte ser oposición. Todo esto a la luz de que no se contarán con mayorías. El parlamento está absolutamente fragmentado, con alguna seguridad se podría estar en torno a el 50 por ciento , para cualquier sector .
Espero que el próximo Presidente de la República tenga la capacidad y voluntad de poder lograr que las negociaciones hagan de esta  la mejor forma de llegar a la gobernanza. Por ello  creo que Gabriel Boric Font es quien mejor lo puede hacer , por lo visto y escuchado . Es receptivo, responsable e  intelectualmente capaz y posee algo que en política es muy necesario,  como es tener la capacidad de  ver más allá del espacio de confort. Visualizando no solo las urgencias , también las salidas, las posibilidades. Tiene políticamente la certeza de saber   cuales son las prioridades, de qué es lo urgente , lo necesario, lo importante y lo que quiere la gente en término de necesidades.
Al contrario Kast tiene una historia que limita su capacidad democrática en un escenario  plural .No se puede pretender gobernar democráticamente con actitudes intransigentes o comportamientos autoritarios,  propios de quien cree que llega allí producto de un hacer divino o creer que es un iluminado , que todo puede o todo lo sabe. Para ser presidente no solo se tiene que tener confianza en sí mismo , también en  los demás,  incluso con quienes piensan distinto. Pero ante todo se requieren principios éticos permanentes , no volátiles o ajustables a las circunstancias. Ser demócrata no es un estado excepcional , para un día sí y otro no . Ser demócrata es respetar siempre cualquiera sea la  condición del adversario .

Escrito por: José Saldivia Díaz, columnista.