Una regla de la competencia política, como del mundo del espectáculo, indica que cuando pretendes levantar el perfil tienes que atacar al más destacado de la escena.
Bastante de eso ocurrió este lunes cuando José Antonio Kast y Sebastián Sichel apuntaron sin pausa sus cañones contra Gabriel Boric.
Tanto Kast como Sichel se dedicaron antes a intentar derribar la figura de Boric que a explayarse en sus propios planes de gobierno.
El recurso no es casual ni inocente. Son cosas que deciden los equipos de asesores.
Sichel viene cayendo en las encuestas y, en el fondo, no puede diferenciarse demasiado de Kast por lo que su única posibilidad de arrastrar votos es colgarse de los vestidos de Boric.
Mientras que Kast, que ya aparece segundo en algunas encuestas, calcula él y seguramente su equipo de trabajo, todavía tiene margen de crecimiento diferenciándose de Boric. Para hacerlo, su discurso queda plagado de acusaciones sobre las faltas o presuntas contradicciones en la carrera del diputado magallánico.
Fueron tantos los ataques que recibió Boric que hoy dejó una reflexión en su Twitter que apunta justamente a esto.
“Más allá de las polémicas que se tratan de instalar, logramos profundizar en las propuestas concretas que hemos ido construyendo en conjunto. Con tranquilidad, esperanza y responsabilidad #seguimos empujando los cambios para llegar al Chile de amabilidad que queremos”, escribió hace unas horas el diputado.
Por su lado, Kast también dejó su impresión en la misma red social. “Saliendo de un largo y enredado #DebatePresidencial2021 pero contento con la posibilidad de que los candidatos podamos debatir y confrontar propuestas con los demás candidatos. Necesitamos más debates!”, indicó.
A Sichel se lo observó activo y se robó parte de la atención opacando por momentos a Kats. Su contrapunto con Yasna Provoste resultó también un movimiento telúrico de diversa intensidad.
Provoste le recordó que en efecto él sí había sido lobbysta de varias firmas y la polémica por sus retiros de fondos de pensión, para finalmente preguntarle de un modo irónico sobre su papel como posible lobbysta en el negocio del gas. Sichel le replicó a Provoste mencionando su extenso trabajo en el universo público casi como si ser legislador fuera un pecado. Se escuchó extraño de todos modos. En el último segundo del round aseguró que no había hecho lobby en el negocio del gas.
En este marco ambos se trenzaron en un tiroteo dialéctico que puede que no haya beneficiado a ninguno.
En lo que respecta a Marco Antonio Enríquez-Ominami sirvió en su mayor parte como un compañero de conversaciones e inquietudes de Boric, dejando al lado su protagonismo como presidenciable. Un hecho que recuerda a ciertas estrategias de la Fórmula 1 cuando compiten dos volantes del mismo team.
No es lo que ocurre entre Kast y Sichel quienes se restan puntos el uno al otro. Está claro que ambos se ubican en la vereda opuesta de Boric y Provoste, pero Boric es la presa más codiciada de los dos.
La pareja de la derecha dio muestras de su pasión por el uso de la fuerza en casos de manifestaciones populares y conflictos sociales y culturales como el que se desarrolla con el pueblo mapuche.
También dejaron en evidencia una vocación castrense para un país que sueñan más represivo en lo social y más liberal en materia económica. Ambos seguramente serían felices en Singapur.
