1000 días de Alcaldía Ciudadana en Puerto Natales: mucho baile y cero crecimiento económico (Por Claudio Andrade)

21 de abril de 2024

A esta altura de los acontecimientos se puede concluir que la última elección para alcalde en Puerto Natales no la ganó Antonieta Oyarzo sino que la perdió la golpeada figura de Fernando Paredes. Y con él se fue el sueño de Ana Mayorga que en ese momento parecía compartir el mismo espacio.

Oyarzo nunca tuvo un verdadero proyecto político. Menos uno económico.

Su discurso se dividió en dos grandes tomos: denuncias contra Paredes y un rejunte de consigas “woke”, a medio masticar, relacionadas con el ecologismo, las minorías y un presunto diálogo ciudadano. Por eso bautizó a su administración como Alcaldía Ciudadana, una experiencia que a su modo de ver ya había tenido éxito en otras regiones.

En sus 1000 días al frente de Puerto Natales, Oyarzo dedicó muchas más horas (y esto se observa con claridad meridiana en la cuenta de Facebook municipal) a participar de encuentros sociales, té de por medio, bailes, fiestas musicales y actos sin ningún valor concreto, que a dialogar con la clase empresarial local y con actores de otros frentes ideológicos de Ultima Esperanza. En definitiva, ha administrado para una fracción de una fracción de la sociedad natalina.

Aunque se dice que los municipios siempre están en deuda y es poco lo que pueden hacer en materia laboral en el caso de las administraciones de Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir, su incidencia en el territorio económico es clave. Sustancial.

Es que se trata de comunas en las que tienen base industrias que dejan miles de millones de dólares al año en facturación y que a su vez se ramifican en otras actividades de servicios que multiplican el empleo local. Además, Natales, tiene un presupuesto no menor que alcanza los $14.000 millones anuales. Una cifra que en 4 años representa cerca de $60.000 millones. A este número se le puede sumar otros $60.000 millones accesibles mediante proyectos estructurales. No hubo ni siquiera uno en 3 años.

El discurso poblado de pajaritos e ideas de mesas redondas no se tradujo en crecimiento en Natales. Los comercios no se cierran solos y los postigos que se observan en el radio centro de la ciudad se vinculan con una falta de dinámica económica.

No han sido años positivos para la producción en Magallanes con caídas fuertísimas en el campo, la salmonicultura y la pesca industria y artesanal. Solo el turismo dejó buenas noticias esta temporada.

La ausencia de proyectos liderados por el municipio y la extrema lentitud de la Dirección de Obras para autorizar emprendimientos privados profundizaron la caída de los índices en la localidad. En lugar de resultar un facilitador del empleo, el municipio se convirtió en un obstáculo. Ya casi nadie discute esto.

El ex alcalde Fernando Paredes escribió hace unos días la lápida de la administración de Oyarzo en una frase de su entrevista con La Prensa Austral: “Sin temor a equivocarme es la peor alcaldesa en los 120 años de historia de Natales. Va a tener un triste recuerdo porque finalmente Natales no se ha desarrollado en esta gestión”.

“Sin temor”, subrayó Paredes y el ex alcalde lee bien la temperatura social en la ciudad que condujo por 12 años. El alcalde que más obras desarrolló en la ciudad no puede estar equivocado sobre todo en este aspecto, cuando se pone en la vereda opuesta que Oyarzo. La autoridad que menos hizo por Natales en varios ítems.

La discusión política de cara a las próximas elecciones tiene más de una arista. Por un lado, la competencia electoral tendrá casi el doble de votantes. En total, podrían sufragar unas 17.000 personas empujadas por la obligatoriedad tal como sucedió en el último plebiscito.

La anterior elección a alcalde se definió entre Oyarzo y Mayorga. Esta última hizo una buena elección pero Oyarzo rompió el molde. Sin embargo, corren otros tiempos. Oyarzo no se encuentra surfeando la ola del entonces candidato Gabriel Boric y las miradas críticas sobre la Alcaldía Ciudadana ya tomaron forma de memes. Lo que no hace más que consagrar la presunción de que han sido 3 años mediocres.

Otro de los elementos a comprender en función de octubre se relaciona con que el tablero de candidatos todavía no es claro. Mayorga y la concejal Verónica Pérez, quien también ha manifestado que participará de la contienda, son conocidas en el pueblo como políticas vinculadas a la centro derecha por lo que podrían sacarse votos entre sí.

De este modo, del otro lado, queda Oyarzo y su Alcaldía Ciudadana. Se escuchan otros nombres, pero ¿tienen poder de fuego? ¿Contarán con una campaña potente para tener su oportunidad?

Hasta el momento, la alcaldesa no dio muestras de haber escuchado los reclamos que se le realizan a su gestión. Todo indica que si gana nuevamente habría en la ciudad más de lo mismo por otros 4 años. No podemos afirmar que sean buenas noticias.

El ex alcalde Paredes está dedicado a salir del laberinto judicial en el que lo dejó la empresa Intelecom. Por lo que sería milagroso para quienes lo apoyan que se sume a la disputa. Mientras tanto el nombre de Max Salas, ex gobernador, va ganando espacio en las calles.

La crisis protagonizada por Oyarzo a su vez creó la sensación de que Puerto Natales necesita a alguien que revierta el caos, ponga las cuentas en orden (Oyarzo acrecentó exponencialmente la deuda municipal) y aliente el desarrollo, no lo contrario. Es decir, alguien que abra el juego y no que lo cierre al estilo de un club privado como viene ocurriendo con la Alcaldía Ciudadana.

Dicen en los pasillos de la política que Natales necesita ser salvado de sí mismo. Existen indicios de que la clase política, que alguna vez apoyó a Oyarzo, piensa del igual modo. Por caso, el presidente Gabriel Boric, si se toman en cuenta las millonarias partidas de dinero (unos $1500 millones) que le ha negado a la administración de la alcaldesa.

Que el mandatario no haya venido nunca a Natales, capital del turismo y de la producción salmonera, que las visitas del gobernador Jorge Flies y el senador (¿ex?) padrino de Oyarzo se hayan espaciado hasta llegar a un punto cero, también son señales de arrepentimiento y rectificación política.

Escrito por: Claudio Andrade