Durante días han circulado imágenes de una «Z» dibujada en las largas hileras de tanques y camionetas rusas entrando en Ucrania. Muchos en Occidente la consideran la siniestra señal de la masacre del pueblo ucraniano, mientras que en Rusia se ha convertido en el símbolo de la «operación militar» que, según Putin y sus seguidores, tiene como objetivo «desnazificar» Ucrania.
«Las repúblicas populares de Donbás se han acercado a Rusia con una petición de ayuda. En relación con esa conversación he tomado la decisión de lanzar una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio del régimen de Kiev durante ocho años, y para ello buscaremos desmilitarizar y desnazificar Ucrania y llevar ante la justicia a quienes cometieron numerosos crímenes sangrientos contra personas pacíficas, incluidos nacionales rusos», anunciaba el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un discurso televisivo el día que comenzó el horror en el seno de Europa. Unas palabras que parecen haber calado en sus seguidores, quienes han encontrado su propio símbolo.
Exhibir la «Z» es un gesto patriótico de apoyo a los soldados y a las decisiones de Putin. No sólo están los valientes rusos que, por miles, desde San Petersburgo hasta Moscú y Novosibirsk, salen a la calle y se arriesgan a pasar años en prisión por decir «no a la guerra». La opinión pública rusa también está compuesta por ciudadanos que creen en la propaganda de Putin, y que en estos momentos de guerra muestran la «Z» en el cristal trasero de su vehículo, la pintan en la camioneta, o la exhiben con orgullo en su chándal en el momento de la entrega de premios.
Este último gesto fue protagonizado por el gimnasta ruso Ivan Kuliak, aunque ya ha sido expedientado por ello. Kuliak compitió en la Copa del Mundo disputada en Doha, la semana pasada, con una «Z» hecha con cinta adhesiva pegada en la ropa con la que compitió y tapando la bandera rusa. Con motivo de las sanciones mundiales contra la invasión rusa de Ucrania, se impidió a los deportistas competir con sus símbolos nacionales. Kuliak cumplió tapando el emblema de su país, aunque aprovechando para dar su apoyo a la decisión tomada por su presidente.
